Río de Janeiro, la ciudad más turística de Brasil, volvió a registrar ayer una temperatura récord para el año 2023, que llegó a los 42.6 grados y una sensación térmica de 53.3 grados en el barrio de Guaratiba.
El intenso calor llevó a decenas de bañistas a refrescarse al comienzo de la noche en las playas, como las turísticas y emblemáticas Copacabana e Ipanema, ya sin la presencia del inclemente sol.
La Pedra do Aproador, famosa por la vista de sus atardeceres en Ipanema, volvió a reunir a centenas de personas para despedir en este día al astro rey.
La temperatura récord en 2023 se había registrado en la tarde del domingo en la estación Irajá, uno de los referentes climáticos de la ciudad, con 42.5 grados centígrados y una sensación térmica de 50.5 grados.
El servicio municipal de emergencias Alerta Río indicó que este viernes y durante el fin de semana las altas temperaturas continuarán con los termómetros por encima de los 40 grados y con lluvias moderadas en las horas de la tarde.
En 15 estados que abarcan las regiones del sureste, centro-oeste y parte del norte de Brasil, junto con la capital, Brasilia, persiste un estado de alerta declarado por el Instituto Nacional de Meteorología (Inmet) debido a las condiciones de calor extremo.
Este fenómeno meteorológico, que ha perdurado en el tiempo, ha creado un escenario desafiante para la población y las autoridades locales, con temperaturas excepcionalmente elevadas que impactan diversos aspectos de la vida cotidiana.
El suelo carioca hirvió desde la mañana del 13 de noviembre, cuando el sistema Alerta Río dio cuenta de la “mayor sensación térmica desde el inicio de los registros” en 2014, superando las mediciones máximas de febrero pasado, en torno de los 58 grados.
Dora, una artesana de 60 años que vende sus productos en la avenida Paulista, desarmaba bajo un sol abrasador su puesto cubierto con una sombrilla.
“Para los que trabajamos en la calle, es insoportable con ese calor. Intento llegar bien temprano para irme a esta hora (las 14H00 locales), porque después el sol pega y es peor”, dijo a la AFP la mujer, que pidió no publicar su apellido.