La Selección Mexicana tendrá una dura prueba en los Cuartos de Final de la Nations League ante Honduras, en busca de avanzar a la siguiente ronda y conseguir uno de los boletos a la Copa América 2024, teniendo que visitar Tegucigalpa, la capital del país, por primera vez en 30 años, un escenario que no trae gratos recuerdo por el tricolor y no precisamente por el resultado que se dio.
El conjunto dirigido por Jaime Lozano deberá cumplir con la visita al cuadro catracho en el primero de los dos encuentros que sostendrán dentro del torneo de Concacaf, aunque parece que ante la falta de buen futbol, el seleccionado hondureño a optado por la hostilidad.
Los aficionados mexicanos se vieron sorprendidos al anunciarse que el duelo de ida de los Cuartos de Final de la Liga de Naciones de Concacaf se disputaría en el estadio Nacional Chelato Uclés en Tegucigalpa y no en el estadio Olímpico de San Pedro Sula, un inmueble que había albergado los encuentros frente a México en los últimos años.
Es importante señalar que, la sorpresa no viene por ser en la capital de Honduras, sino porque el último resultado que se obtuvo ahí fue positivo para el combinado mexicano, aunque las circunstancias previas al encuentro no fueron las mejores, por lo que se teme que se repita la historia ocurrida hace 30 años.
México tenía que cumplir con la visita a Honduras como parte de la jornada 5 de dicha fase final, en donde llegaban como líderes pero aún sin el boleto asegurado, por lo que los hondureños querían a toda costa dejarlos fuera de la justa mundialista, algo que podía pasar sí se combinaba una derrota con los resultados de los partidos restantes de la última fecha.
Mexicanos vivieron un ambiente hostil de principio a fin
Desde días antes del partido, la prensa deportiva se encargó de hacer ver el partido como una “guerra”, en donde se tenía que hacer todo lo posible por ver al tricolor derrotado. Algo que fue captado de mala forma por algunos aficionados catrachos, quienes desde un inicio tuvieron un recibimiento hostil con el combinado mexicano.
Se realizó un llamado para que se llevara serenata al hotel de la Selección Mexicana y evitar que pudieran dormir durante toda la noche, aunque el entrenador de aquella época, Miguel Mejía Barón se anticipó a las intenciones y sacó a todos los jugadores mexicanos a escondidas para trasladarlos a otras instalaciones, logrando así no ser molestados en ningún momento.
Como parte de las acciones que pensaron los catrachos, durante uno de los entrenamientos que tuvo el tricolor en el estadio Nacional, fueron encendidos los aspersores de agua para no permitir un trabajo adecuado.
Goleada y disturbios en el Nacional
Sin embargo, esto no afectó al rendimiento del cuadro mexicano, quien en la cancha demostró de lo que estaban hechos, terminando con una goleada de 4 a 1, gracias a los goles de Alberto García Aspe, Luis Flores, Luis García y un gol en propia puerta de Richardson Smith, por Honduras descontó Juan Flores Madariaga.
Tras el silbatazo final las cosas fueron peores, debido a que varios aficionados centroamericanos saltaron a la cancha, tratando de agredir a los jugadores mexicanos, quienes de inmediato fueron resguardados por la policía en los vestidores.
Pero no todo terminó ahí ya que varios aficionados mexicanos que se encontraban en la tribuna también tuvieron que resguardarse, ante los intentos de agresión que sufrieron. Mismos que fueron dispersados por los elementos policiacos con gases lacrimógeno que incluso llegaron hasta los vestidores en donde se encontraban los seleccionados mexicanos.
El tricolor tuvo que esperar a que todos los aficionados del estadio Nacional fuera desalojados para poder partir rumbo al Aeropuerto. Al final, días después consiguieron el boleto al Mundial tras vencer a Canadá en el último partido de la eliminatoria.
Este viernes, la selección mexicana regresa a Tegucigalpa después de 30 años, buscando el boleto al Final Four de la Nations League y uno de los cupos a la Copa América 2024. El duelo de vuelta se juega el martes 21 de noviembre en el estadio Azteca.