El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, declaró durante su conferencia de prensa semanal el martes que la Cámara “es una olla a presión” después de que los legisladores pasaran aproximadamente una docena de agotadoras semanas juntos en los pasillos del Congreso.
Ningún momento fue más evidente de ello que apenas unos minutos antes, cuando el representante Tim Burchett se acercó por detrás de Kevin McCarthy y comenzó a gritarle al oído, acusándolo de darle un codazo en la espalda mientras se cruzaban en un pasillo abarrotado.
El Senado, en tanto, fue testigo de sus propios fuegos artificiales cuando, este martes, el senador Markwayne Mullin (también republicano) puso en pausa una audiencia que debatía la avaricia empresarial al enfrentarse a uno de los testigos, levantarse y llamarlo a una pelea de puño.
Las faltas de decoro se produjeron en un día en que los legisladores trabajaban por potenciar los esfuerzos y evitar el cierre del gobierno, para asegurarse también de poder salir de la ciudad antes de las vacaciones de Acción de Gracias.
Joanne B. Freeman, profesora de Historia y Estudios Americanos de la Universidad de Yale, autora de un libro que detalla la historia de la violencia en el Congreso, escribió al respecto en X: “Por favor, dejen de proporcionar material para el segundo volumen de Field of Blood”.
Si bien el episodio entre Burchett y McCarthy no se grabó en video, fue presenciado por numerosos periodistas.
“Oye Kevin, ¿por qué caminaste detrás de mí y me diste un codazo en la espalda?”, preguntó el primero mientras The Washington Post entrevistaba al segundo. “No tienes agallas”, continuó.