El presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo, insistió este jueves que su toma de posesión el próximo enero es «inevitable», pese a los múltiples esfuerzos judiciales por frustrar su asunción, al tiempo que adelantó que buscará rodearse de «gente honesta» durante su gestión.
«Nosotros creemos que cada día más y especialmente en las últimas semanas se ha ido clarificando de que no hay otra alternativa, de que sencillamente es, desde el punto de vista legal, imposible y que no existen las condiciones que le permitirían al pacto de corruptos actuar de otra manera», indicó Arévalo en un encuentro con periodistas.
El candidato del Movimiento Semilla, que enfrenta retos legales a su asunción liderados por la fiscal general guatemalteca Consuelo Porras, reconoció que las «maniobras para socavar la democracia» no sólo provienen del Ministerio Público, sino también de miembros del Ejecutivo.
El político, escritor y diplomático, conocido por su postura anticorrupción, fue elegido como el próximo jefe de Estado con el 60,9 % de los votos, en una segunda vuelta de presidenciales frente a la exprimera dama, Sandra Torres.
En su conversación con periodistas en Washington, Arévalo aseguró que su gestión estará enfocada en «recuperar al país» de manos del «pacto de corruptos» y atender a los reclamos de todos los guatemaltecos, incluida la comunidad en el exterior.
Desde antes de su elección, varios funcionarios judiciales, entre ellos Porras, arremetían con varias acciones contra el partido de Arévalo y el Tribunal Supremo Electoral (TSE), que refrendó la victoria del Movimiento Semilla.