Hoy, desde la Confraternidad Evangélica de Honduras, afirmados en nuestra máxima autoridad, La Biblia, hacemos un llamado a la Iglesia Cristiana Evangélica de Honduras, especialmente al pastorado y liderazgo en este momento de confusión política, a ver y actuar con mesura y prudencia, recordando la voz del apóstol Pablo: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”, Romanos 8:28, RVR1960. A enfocarnos en la oración, a practicar y cultivar un entorno de paz y tolerancia especialmente en el seno familiar y al ejercicio de nuestras responsabilidades civiles como buenos mayordomos y ciudadanos.
A nuestros mandatarios: Observamos con mucha atención que los males que históricamente nos han aquejado continúan presentes hoy en día, dejando en evidencia la inmadurez de nuestros gobernantes al abonar a una profunda polarización, falta de diálogo y consensos y voluntad política, victimizando y acelerando el deterioro de las condiciones de vida de los más vulnerables: nuestros niños, mujeres y ancianos de nuestra sociedad.
Estos acontecimientos no solo afectan la estabilidad política de nuestra amada Honduras, sino que también tienen un impacto directo en la desesperanza que experimenta el pueblo hondureño. Desesperanza que impulsa a nuestros hermanos y hermanas a considerar la migración como única salida a sus problemas.
Reiteramos nuestro llamado al diálogo e instamos a todos los actores políticos a comprometerse en acciones orientadas a salvaguardar nuestra democracia, promover el bien común y garantizar el respeto al Estado de Derecho.
Es imperativo recordar la importancia de la transparencia, la legalidad y el respeto a nuestras instituciones democráticas. La confianza de la ciudadanía en sus líderes y en el sistema político es esencial para la paz y prosperidad de nuestra nación.
Reafirmamos nuestro compromiso por continuar edificando una Honduras donde prevalezca la justicia social, el respeto a los derechos humanos y la legitimidad democrática. “Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz”. Jeremías 29:7 RVR1960.
