El Vaticano estableció como doctrina la apertura para que las personas gays y transexuales puedan ser parte de los sacramentos del bautismo y el matrimonio. Esta posición de la Iglesia quedó expresa a través de una carta, suscripta por el papa Francisco, dirigida a un Obispo brasileño que planteaba la inquietud.
El intercambio epistolar ocurrió durante los meses de julio y octubre. En primer término, el 14 de julio, el Obispo de Santo Amaro, Brasil, Monseñor José Negri, realizó preguntas relativas “a la posible participación en los sacramentos de personas transexuales y homosexuales”. La respuesta llegó el 31 de octubre, por parte del cardenal argentino, Víctor Manuel Fernández, responsable de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en un texto refrendado por el papa, en el que la posición de la Santa Sede quedó de manifiesto.
En efecto, la respuesta de Fernández explicó que “la Iglesia debe llamar siempre a vivir plenamente todas las implicaciones del bautismo recibido, que debe ser siempre comprendido y desarrollado en el marco de todo el camino de la iniciación cristiana”.
“La Iglesia no es una aduana, es la casa paterna donde hay lugar para cada persona con su vida trabajada”, sostiene el texto, publicado este miércoles por el sitio especializado Religión Digital, cuya dirección está a cargo del periodista José Manuel Vidal.
La misiva contiene tres páginas en las que desarrolla la posición que fija el Vaticano. Si bien parte de argumentos tradicionales de la Iglesia Católica, deja sentado que no hay barreras para que los integrantes de la comunidad LGBTQ puedan ser parte de los sacramentos tradicionales de la iglesia, al indicar que “un transexual -que también se haya sometido a tratamiento hormonal y cirugía de reasignación de sexo- puede recibir el bautismo, en las mismas condiciones que un hombre. En el caso de niños o adolescentes con problemas de naturaleza transexual, si están bien preparados y dispuestos, pueden recibir el Bautismo”.