Medio millón de habitantes de Sao Paulo seguían sin electricidad el lunes, tres días después de que una tormenta derribara cables eléctricos, dejando a oscuras gran parte de la mayor ciudad de Brasil.
La tormenta partió ramas y derribó cientos de árboles que cayeron sobre las líneas eléctricas aéreas en muchas calles de la ciudad, dejando inicialmente sin electricidad a 2,1 millones de clientes, informó la empresa de distribución de energía ENEL.
“La tormenta fue terrible. El viernes me quedé sin electricidad, sin teléfono móvil y sin combustible”, dijo el carpintero Denilson Laurindo, quien reprochó a la ciudad que no podara los árboles de las calles. Dijo que ENEL había prometido restablecer el suministro eléctrico para el martes.
Thiago González, ingeniero eléctrico, tuvo que alquilar una habitación en un barrio cercano para que él y su mujer pudieran ducharse con agua caliente y dormir con aire acondicionado.
“Vi cómo caía el árbol y golpeaba el poste del transformador. Hubo una explosión y luego se fue la luz”, dijo. Se quejó de que la pareja había perdido comida y no había podido refrigerar medicinas durante el apagón.
El lunes se cancelaron las clases en los barrios más afectados de la ciudad, como Morumbi, donde vive González.