El Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha asegurado en la noche de este domingo, a través de un comunicado, que no ha liberado aún al padre de Luis Díaz porque el Ejército sigue realizando operativos en la zona donde lo tiene secuestrado.
“La zona sigue militarizada, realizan sobrevuelos, desembarco de tropas, peritoneos, ofrecen recompensas y una intensa operación de rastrillo. Esta situación no permite la ejecución del plan de liberación de manera rápida y segura, en donde no corra riesgo el señor Luis Manuel Díaz”, declaró la guerrilla. Advirtió, además, que “si continúan los operativos en el área, retrasarán la liberación y se aumentarán los riesgos”.
Cerca del mediodía de este lunes, Caracol Radio publicó que había confirmado “por fuentes de las autoridades en Barrancas que la Fuerza Pública comenzará el retiro de uniformados en la zona de frontera con Venezuela para facilitar la liberación del padre del jugador Luis Díaz”.
El Tiempo también ha reportado informaciones parecidas. “Fuentes de las autoridades señalaron en la mañana de este lunes que uniformados encargados de los operativos de búsqueda de Luis Manuel Díaz se están retirando de las zonas asignadas”, escribió ese medio.
Según informó el pasado jueves el ministro de Defensa, Iván Velásquez, Díaz se encontraría en la Serranía del Perijá, una estribación de la Cordillera de los Andes que comparten Colombia y la vecina Venezuela.
El pasado viernes, horas después de que el presidente Gustavo Petro dijera que el ELN había “hecho un acto que va contra el mismo proceso de paz”, ese grupo armado aseguró que había iniciado el proceso para liberarlo. “A partir del momento se inicia su proceso de liberación y queremos evitar cualquier incidente”, se leía en un texto firmado por el Frente de Guerra Norte de esa guerrilla.
El frente señaló que el comando responsable estaba dedicado a “misiones económicas” y que los secuestradores no sabían que estaban raptando al padre del famoso futbolista. “Al verificarse que se trata del padre de Lucho Díaz, se orienta su liberación por ser un familiar del gran deportista que queremos todos los colombianos”, explicaba el comunicado. Sin embargo, más de 72 horas después, sigue en manos del ELN.
Mane Díaz fue raptado el 28 de octubre junto a su esposa, Cilenis Marulanda, en una gasolinera en Barrancas (La Guajira). La madre del futbolista quedó en libertad ese mismo día, en medio de un gran repudio nacional e internacional por este delito. Pero el padre no corrió la misma suerte. Ya suma 10 días sin libertad, y ni los esfuerzos del Gobierno ni los llamados de su hijo —que publicó este domingo su propio comunicado en el que reclamó la libertad para su padre― han tenido efecto.
“Pido al ELN, la pronta liberación de mi papá”, escribió Lucho Díaz en una carta emotiva. “Cada segundo, cada minuto crece nuestra angustia; mi madre, mis hermanos y yo estamos desesperados, angustiados y sin palabras para describir lo que estamos sintiendo. Este sufrimiento solo terminará cuando lo tengamos de vuelta en casa”, suplicó el jugador del Liverpool inglés.
Un día antes, había celebrado de manera sombría un gol en un partido contra Luton Town. En llanto, exhibió una camiseta que llevaba debajo de la de su uniforme con la frase: “Libertad para papá”.
El secuestro ha causado una escalada de tensiones entre el Estado y el ELN. La situación se da en medio de las negociaciones paralelas entre el Gobierno y los varios grupos armados que siguen activos en el país en el marco de la política de paz total, uno de los proyectos más emblemáticos y ambiciosos de la Administración Petro.
Esa guerrilla, precisamente, es el grupo más grande y más antiguo de los que están involucrados en esas discusiones. Las negociaciones con el ELN, además, son las más avanzadas de todas. En agosto, tras ocho meses de conversaciones, entró en vigor un cese al fuego que está vigente hasta febrero.
El rapto tensiona ese acuerdo y la negociación en general, motivo por el que el pasado miércoles viajó a Cuba el jefe de la delegación del Gobierno en la mesa, Otty Patiño, para reunirse con los negociadores de esa guerrilla.
En las siguientes horas, se formó un gabinete de crisis en el Palacio de Nariño, que publicó un comunicado en el que exigía al grupo armado que liberara inmediatamente a Mane Díaz. Sin embargo, el Estado todavía no ha podido recuperarlo.
Esta situación es uno de los dos fuertes golpes que ha sufrido la política de la paz total en la última semana. Al mismo tiempo que intenta rescatar al padre de Díaz, el Gobierno se enfrenta a una crisis con otro grupo armado que está involucrado en las discusiones, las disidencias de las Farc conocidas como Estado Mayor Central (EMC).
Este fin de semana, el EMC publicó un comunicado en el que anunció “la suspensión del proceso de diálogo y la agenda con el Gobierno nacional”, tras un tensa tira y afloje sobre la presencia de militares en el corregimiento de El Plateado, en el cañón del río Micay (Cauca).