En menos de 24 horas, unas mil personas migrantes adicionales se unieron a una caravana que salió el 30 de octubre desde la frontera sur de México, por lo que ayer incrementó su número a aproximadamente 8.000 que caminan con la esperanza de hacer presión para conseguir documentos que les permitan transitar hasta Estados Unidos.
Los grupos migrantes, que partieron de Tapachula, en el límite de México con Guatemala, recorrieron este martes unos 35 kilómetros hasta el municipio de Huehuetán. La mayoría de las personas que participan provienen de Cuba, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras y Venezuela, según Irineo Mujica Arzate, director de la organización Pueblos Sin Fronteras.
Mujica aseguró que el número de personas va creciendo, por lo que pidió a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), a la Secretaría de Gobernación (SEGOB) y al Instituto Nacional de Migración (INM) que atiendan la situación de esas personas. «Es su deber, por razones humanitarias», comentó el activista, quien acompaña la caravana.
La situación en la frontera sur refleja un flujo migratorio «sin precedentes» de la región, como advirtió la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) en septiembre de 2023, con hasta 16.000 personas migrantes irregulares que llegan diariamente a las fronteras de México, de acuerdo con el presidente, Andrés Manuel López Obrador.
El migrante guatemalteco Douglas Bryan, una de las personas voluntarias que apoya en la coordinación de la caravana, explicó que con la marcha piden «que nos otorguen las visas o un permiso de 45 días para avanzar y llegar a la frontera».
Los grupos de migrantes se instalaron en el parque Miguel Hidalgo, de Huehuetán, para descansar este martes y después continuar su camino a unos 20 kilómetros de Huixtla.