El Consejo Constitucional de Chile aprobó este lunes, con 33 votos a favor y 17 en contra, el borrador de una nueva Carta Magna que se plebiscitará el próximo 17 de diciembre.
La iniciativa terminó de redactarse en medio de una fuerte controversia, ya que se acusó a la derecha y ultraderecha de haber impuesto su mayoría en este órgano, sin tomar en cuenta los puntos de vista del resto de las fuerzas políticas.
En su última e historica jornada de trabajo, los consejeros dejaron en evidencia que sus posturas son irreconciliables.
Quienes votaron en contra, explicaron que es un texto que genera más polarización porque representa el abuso de la derecha; que fracasó en el objetivo de redactar una mejor Constitución y que ésta es incluso peor que la que dejó el dictador Augusto Pinochet; y que es resultado de la «actitud irresponsable y antidemocrática» de los consejeros opositores al Gobierno.
También señalaron que es «una Constitución para los ricos», que no reconoce derechos de las mujeres ni de los pueblos indígenas y en la que predomina una visión conservadora.
Por el contrario, los consejeros que la defendieron argumentaron que la izquierda debe asumir el «estrepitoso fracaso» que tuvo en el plebiscito del año pasado; y que esta nueva propuesta sí refleja al Chile que merece la mayoría de la población.
Además, en términos generales, la definieron como la Constitución de la seguridad, el orden, la libertad y los valores, ya que respeta el derecho a la vida desde la concepción, reconoce que Chile es una «nación única indivisible» y fortalece la institucionalidad.
¿Qué sigue?
El texto se entregará el 7 de noviembre al presidente Gabriel Boric y, a partir de ese momento, comenzarán oficialmente las campañas a favor y en contra de la nueva propuesta.
De esta forma llega a la recta final un proceso que inició el año pasado, luego de que se realizara un primer plebiscito en el que ganó el rechazo debido, en gran parte, a que se acusó que la izquierda había impuesto su visión sin acuerdos transversales, sin consenso.
Ahora ocurrió lo mismo, pero con la derecha. La denuncia incluso acuñó un nuevo término, ya que el texto que se plebiscitará ha sido bautizado como «Kastitución», en referencia al excandidato presidencial de la ultraderecha, José Antonio Kast, quien actualmente lidera la oposición a Boric.
Si la mayoría de la población vuelve a rechazar la propuesta de una Carta Magna, entonces seguirá rigiendo la Constitución que está vigente y que es herencia de Pinochet, ya que no se podrá convocar a un tercer plebiscito.
Este segundo proceso ha estado marcado por la apatía ciudadana y por el mayoritario nivel de rechazo. La última encuesta de la consultora Cadem, publicada este domingo, reveló que sólo hay una intención de voto favorable del 34 % frente a un 51 % en contra.
