El papa Francisco ordenó que se reabra el caso del jesuita esloveno Marko Rupnik, conocido por ser el autor de mosaicos en iglesias de todo el mundo y que fue acusado de cometer abusos de poder y sexuales contra varias religiosas. La decisión del sumo pontífice ocurre luego que se multiplicaran las críticas por la gestión de este asunto por parte del Vaticano.
«En septiembre, la Pontificia Comisión para la Protección de Menores denunció ante el papa graves problemas en la gestión del caso del padre Marko Rupnik y la falta de cercanía a las víctimas. En consecuencia, el santo padre pidió al Dicasterio para la Doctrina de la Fe que examinara el caso y decidió que no prescribiera para permitir que se celebrara un juicio», señaló este viernes (27.10.2023) la oficina de prensa del Vaticano.
Desde que estalló el caso, las víctimas de Rupnik habían lamentado que nadie en el Vaticano las hubiera escuchado, así como que la Doctrina de la Fe no hubiera sancionado al jesuita por estos abusos, mientras que este jueves una diócesis de Eslovenia confirmó que lo había acogido, después de que fuese expulsado de la Compañía de Jesús, a la que pertenece, por «su obstinada negativa a observar el voto de obediencia».
Los hechos de presuntos abusos sexuales se remontan a principios de la década de 1990 y se trataba de presuntos abusos psicológicos y sexuales a monjas de la comunidad eslovena Loyola de Lubliana, fundada por un religioso del que Rupnik era amigo y padre espiritual. En el proceso, Rupnik fue condenado por la orden jesuita a cargo del caso a la excomunión, castigo que fue levantado tiempo después sin razón aparente. Con la posible apertura de un nuevo proceso, el sacerdote podría ser condenado a la expulsión del sacerdocio.
Este jesuita es mundialmente conocido por sus mosaicos, como los que adornan la fachada de la basílica de Lourdes, en Francia, una capilla del Palacio Apostólico del Vaticano, en el monasterio de Santo Domingo de la Calzada y en la catedral de La Almudena de Madrid.