Israel intensificó sus bombardeos contra distintos puntos de la Franja de Gaza, los cuales dejaron a familias atrapadas bajo los escombros de edificios residenciales, mientras que funcionarios de salud señalaron que cientos de palestinos murieron durante el último día y diversas instalaciones médicas en todo el territorio se vieron forzadas a cerrar debido a los daños y la falta de electricidad.
El aumento en el número de muertos provocado por los bombardeos de Israel no tiene precedentes en el añejo conflicto entre israelíes y palestinos. Podría haber una pérdida de vidas en Gaza aún mayor una vez que la infantería israelí respaldada por tanques y artillería dé inicio a una previsible incursión con el objetivo de aplastar a Hamás.
Los 2,3 millones de habitantes de Gaza padecen la falta de alimentos, agua y medicamentos desde que Israel cortó los suministros hacia el territorio palestino gobernado por Hamás tras el ataque del 7 de octubre perpetrado por combatientes del grupo islamista contra poblaciones del sur de Israel.
El Ministerio de Salud de Gaza dijo que los ataques israelíes dejaron al menos 704 muertos en el último día, en su mayoría mujeres y niños. The Associated Press no pudo verificar de forma independiente la cifra que mencionó Hamás, que afirma que recolecta los datos de los directores de hospitales.
Israel dijo que lanzó 400 ataques aéreos en las últimas 24 horas contra combatientes que se aprestaban a lanzar cohetes hacia territorio israelí, centros de mando y un túnel de Hamás, y que mató a comandantes de Hamás. El día anterior, Israel informó que lanzó 320 ataques.
Las fuerzas armadas israelíes también anunciaron que frustraron un ataque de un grupo de buzos de Hamás que intentaban infiltrarse en una playa israelí ubicada a poca distancia al norte de Gaza. Fueron atacados por fuerzas aéreas, navales y terrestres.
En las zonas centro y sur de Gaza, hacia donde Israel pidió a los civiles que evacuaran, hubo varias escenas en las que se pudo ver a socorristas sacando a muertos y heridos de entre las enormes pilas de escombros de los edificios colapsados. Las gráficas fotografías y videos captados por la AP mostraban a rescatistas desenterrando cuerpos de niños entre las ruinas.
Un padre se arrodilló en el piso del hospital Al Aqsa en Deir al Balah junto a los cuerpos de tres niños muertos que estaban envueltos en sábanas ensangrentadas. Más tarde, en una morgue cercana, los trabajadores oraron por los 24 cuerpos envueltos en bolsas para cadáveres, muchas de ellas del tamaño de niños pequeños.
Los edificios que colapsaron sobre los residentes dejaron a decenas de muertos al mismo tiempo en distintas instancias, informaron testigos. Dos familias perdieron a 47 de sus integrantes en una residencia destruida en Rafah, informó el Ministerio de Salud.
Un ataque contra un edificio de cuatro pisos en Jan Yunis dejó al menos 32 muertos, incluidos 13 miembros de la familia Saqallah, señaló Ammar al-Butta, un familiar que sobrevivió al bombardeo. Añadió que había alrededor de 100 personas resguardándose en el lugar, muchas de las cuales habían evacuado desde Ciudad de Gaza.
“Pensamos que nuestra zona sería segura”, declaró.
Otro ataque destruyó un concurrido mercado en el campamento de refugiados de Nuseirat, en el centro de la Franja, dijeron testigos. Fotografías de la AP mostraban el piso en un puesto de vegetales cubierto de sangre.
En Ciudad de Gaza, al menos 19 personas murieron cuando la residencia de la familia Bahloul fue bombardeada, según sobrevivientes, quienes señalaron que decenas de personas continuaban entre los escombros. Las piernas de una mujer muerta y de otra persona sobresalían de los escombros donde los socorristas retiraban tierra, hormigón y varillas.
El Ministerio de Salud de Gaza afirma que más de 5.700 palestinos han muerto en la guerra, de los cuales unos 2.300 eran niños. La cifra incluye el saldo de la explosión en un hospital la semana pasada, cuya causa está en disputa.
El conflicto ha cobrado más de 1.400 vidas en Israel, principalmente civiles que murieron durante el ataque inicial de Hamás, de acuerdo con el gobierno israelí.
Mientras aumenta la cifra de muertos y los suministros de combustible se agotan en Gaza, cada vez hay menos instalaciones con la capacidad para atender a las víctimas. Más de la mitad de las instalaciones primarias de salud y casi uno de cada tres hospitales se han visto obligados a cerrar, según la Organización Mundial de la Salud.
El abrumado personal de los hospitales ha pasado apuros para clasificar los casos mientras llegan constantes oleadas de heridos. El Ministerio de Salud dijo que muchos de los lesionados son colocados en el piso sin siquiera la intervención médica básica, y muchos de ellos esperan durante días para entrar a quirófano debido a la enorme cantidad de casos críticos.
Aunque Israel ha permitido el ingreso de apenas una pequeña cantidad de camiones con asistencia, ha prohibido la entrega de combustible a Gaza porque dice que quiere evitar que caiga en manos de Hamás. Naciones Unidas señaló que sus operaciones de distribución de ayuda quedarán suspendidas el miércoles en caso de que no reciba combustible.
Para hacer espacio a los muertos, los cementerios se han visto obligados a excavar y reutilizar viejos lotes. Las familias han cavado tumbas para enterrar varios cuerpos al mismo tiempo.
“Llegan cientos de cuerpos cada día. Usamos hasta el último centímetro en los cementerios”, dijo Abdel Rahman Mohamed, un voluntario que ayuda a transportar cadáveres al cementerio principal de Jan Yunis.
Israel dice que no ataca a civiles y que los combatientes de Hamás los están usando como cubierta para sus ataques. Los combatientes palestinos han lanzado más de 7.000 cohetes hacia Israel desde el inicio de la guerra, según Israel, y Hamás dijo que el martes disparó una nueva oleada.