Argentina ya está en “silencio electoral” para las elecciones presidenciales del domingo, una etapa en que ya no se escucha la propaganda de las campañas políticas ni la publicidad en los medios, 72 horas de introspección para los votantes para unos comicios que podrían cambiar el rumbo del país.
Se espera una elección histórica para el domingo 22 de octubre, donde el candidato libertario amenaza poner fin a 20 años de kirchnerismo y un gobierno conservador que no lograron superar los problemas económicos.
Javier Milei, un economista que propone cambios drásticos como abandonar el peso y adoptar el dólar, además de otras medidas ultraconservadoras, se enfrenta a candidatos más moderados, como el actual ministro de economía Sergio Massa y la también conservadora Patricia Bullrich.
Aunque Milei encabeza las encuestas, según los principales analistas, se observa una gran paridad y no puede descartarse una segunda vuelta en noviembre, lo que extendería la incertidumbre.
“Estamos viendo en este último estudio que cuando preguntamos por un escenario de ballotage, (hay) más de un 30 % de indecisos o votos en blanco; van a tener que hacer mucho esfuerzo los que lleguen al ballotage para convencer a ese universo, y además hay otro fenómeno: todos los dirigentes tienen un techo muy bajo, ninguno llega al 41 %”, dijo el sociólogo Manuel Zunino.
Las autoridades esperan que el nivel de votación supere el 68 % registrado en las elecciones primarias y vaya a votar el 30 % de indecisos, y para ello se está facilitando el acceso a las urnas.
Según Marcos Schiavi, director de la Dirección Nacional Electoral, “hay 17.000 establecimientos en todo el país donde se va a votar, son 108.000 mesas de votación en total”.
“La organiza el Poder Judicial a través de 24 jueces federales y la Cámara Nacional Electoral, se suman las Fuerzas Armadas que hacen la custodia, el Correo Argentino que hace la logística y la transmisión, y los ciudadanos que son autoridades de mesa”, explicó.
Las elecciones tienen lugar en medio de una fuerte crisis económica y una polarización política que pudieran generar un giro inesperado para el país.
Es un difícil entorno principalmente propiciado por una inflación del 138 %, las reservas de moneda extranjera en rojo, el peso por el suelo y la amenaza de una recesión, la economía es la principal preocupación de los votantes.
A pesar de las expectativas, el gobierno ya adelantó que el domingo habrá demoras para conocer los resultados finales debido la extensión territorial del país.
En los comicios también se renovarán 24 bancas del Senado y 130 de diputados nacionales y se elegirán varios alcaldes y gobernadores, entre ellos el de la provincia de Buenos Aires, el distrito más importante del país.