Elon Musk está dispuesto a no cumplir con la normativa de la Unión Europea y ha amenazado con vetar el acceso a X (antes Twitter) en toda Europa, tal como ha adelantado Business Insider.
Esta sería una respuesta a un expediente abierto por la Comisión Europea para que se atenga a la nueva Ley de Servicios Digitales (DSA), que recoge una estricta normativa para las plataformas.
El Ejecutivo comunitario ha confirmado que se encuentra en conversaciones con la entidad que ahora lidera el magnate americano.
Con las DSA y DMA -que entraron en vigor el pasado mes de agosto- la Unión ha dado un paso decisivo en el camino de la soberanía digital pero, sobre todo, en una idea de «poner cierto orden en una jungla», como puede llegar a ser la red.
La DSA, de hecho, es pionera para el control del sector y que nace con el objetivo de poner coto a la desinformación y al contenido ilegal en las grandes plataformas tecnológicas.
En total, afectará a 45 millones de usuarios, según los datos que maneja la Comisión Europea. Mientras, con la DMA Bruselas ha decidido imponer a Alphabet, Amazon, Apple, ByteDance, Meta y Microsoft las normas más estrictas, en una lista en la que por ejemplo no está Samsung.
Al mismo tiempo, la Comisión Europea estudia todavía los recursos de Microsoft y Apple para excluir sus respectivos servicios Bing e iMessage. «Se abren las puertas de internet», defendió el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton.
Acusan a X de difusión de desinformación
En cuanto a X, Breton ya envió hace días una carta al propio Musk al identificar que la red social facilitaba «la difusión de desinformación» en torno al conflicto entre Israel y Hamás.
Después se produjo la apertura del expediente contra la entidad, precisamente para que cumpla con la DSA. «Nuestra política es que todo sea de código abierto y transparente, un enfoque que sé que la UE apoya. Por favor, enumere las violaciones de contenido para que el público pueda verlas», respondió entonces el multimillonario.
«Lo que es ilegal en el mundo real lo ha de ser también en el digital», explicó el eurodiputado de Cs Jordi Cañas, al respecto de la nueva normativa. «Hay que regular todos los espacios de interacción entre las personas, las empresas, los productos y los servicios. Para eso se requiere una legislación especial porque justamente esa separación había creado una sensación de impunidad», resumió.
Entidades como X, desarrolló Cañas, no son un problema en sí mismas, pero necesitan una vigilancia. La UE aplica la máxima de «mi casa, mis normas», sobre todo en tiempos convulsos para el mundo. «Las grandes compañías no son un problema en sí mismo, sino también oportunidad. Pero se corre el riesgo de que su posición de dominio las convierta en una amenaza a los derechos y a la competencia. Pueden ser un peligro, pero se puede evitar que lo sean», concluyó el eurodiputado.