Monseñor Roberto Camilleri fue despedido por una enorme cantidad de feligreses que lo recuerdan con cariño.
El obispo presidente de la Conferencia Episcopal de Honduras, falleció en Comayagua y sus restos fueron velados en una ceremonia eclesiástica en la Santa Catedral de la ciudad antañona.
Golpe duro para la Iglesia Católica ya que pierde a una de sus máximas autoridades.
Su legado
Monseñor Camilleri nació en Hamrun (Malta) en 1951 y fue ordenado como sacerdote el 29 de junio de 1975 por el papa Pablo VI, en Roma.
Sus estudios incluyen cursos filosóficos y teológicos realizados en el Seminario Franciscano de Rabat (Malta) y de Jerusalén.
Además, entre 1975 y 1979 fue maestro de novicios de la Orden Franciscana de los Frailes Menores en Malta.
Y en 1980 fue nombrado párroco de Santa Ana en Comayagua, zona central de Honduras.
En 1992 fue nombrado párroco de dos comunidades parroquiales de Tegucigalpa, y el 26 de julio de 2001 fue designado obispo auxiliar de Tegucigalpa.