Kourtney Kardashian sorprendió al mundo al aparecer en la portada digital de Vanity Fair Italia en una sesión de fotos audaz y desinhibida. La imagen, revelada el 13 de octubre, captura a Kardashian en todo su esplendor, con un sostén y braga de cuero, cubierta solo por un velo negro y traslúcido. En la sesión de fotos, la estrella de reality shows acaricia amorosamente su vientre embarazado.
En la historia de portada, la famosa personalidad de la televisión de 44 años, quien recientemente modeló un hermoso traje del diseñador mexicano Alfredo Martínez, se abrió sobre los desafíos que enfrentó durante este embarazo en comparación con sus experiencias anteriores.
Después de una cirugía fetal de emergencia en septiembre, la madre de Mason, Penelope y Reign -frutos de su fallida relación con Scott Disick, fue seguida de cerca por un equipo médico diferente, que impuso restricciones significativas en los primeros meses de su embarazo. Se le prohibieron los ejercicios, el pilates, la cafeína e incluso los viajes en avión, desencadenando una serie de desafíos físicos y emocionales.
Siempre positiva en medio de la adversidad
Sin embargo, después de la cirugía, la esposa del baterista Travis Barker decidió dejar de lado el miedo y adoptar una mentalidad positiva. Se comprometió a hablar con su bebé todos los días, mantuvo su cabeza erguida y se aferró a sus creencias espirituales, encontrando fuerza en la positividad y la fe.
Para Kardashian, este embarazo se percibe como «el plan de Dios», llegando en un momento en que ella y su pareja habían dejado de considerar la posibilidad de tener más hijos y habían abandonado los tratamientos de fertilidad.
Además, la estrella de televisión aprovechó la oportunidad para desmentir rumores sobre la falta de apoyo de su hermana, Kim Kardashian. Según Kourtney, siempre supieron que estaban destinados a estar juntos, y su familia cercana, incluidos Kendall Jenner, Kim y Kanye, siempre estuvo convencida de su conexión especial.