El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, lejos de mostrar su rechazo a los ataques terroristas de Hamás hacia ciudadanos israelíes, exigió en televisión el «cese al fuego» en la Franja de Gaza y abogó por los derechos del pueblo de Palestina haciendo referencia al origen de Cristo y autodefiniéndose «cristiano de Cristo, directo, de Cristo».
En su programa televisivo también aprovechó para reivindicar la figura de Jesús como «el primer antiimperialista que se conozca de la historia moderna, de los últimos tres milenios, por lo menos. El más importante antiimperialista». «¿Dónde nació nuestro señor Jesucristo?, en Belén, Palestina. Cuando él nació era Palestina, hace miles de años».
El líder chavista constató su ridículo al asegurar que «Jesús fue un niño palestino, un joven palestino… y cuando fue crucificado, crucificado, condenado injustamente por el imperio español y por las oligarquías que dominaban religiosamente la zona… fue clavado, asesinado, torturado nuestro señor Jesucristo… él murió como un hombre palestino y resucitó para la vida, inmortal como un espíritu palestino».