Una migrante hondureña decidió abandonar su tierra natal junto a su pequeño hijo después que estructuras criminales quemaran su hogar. En una entrevista con Telemundo, expresó su preferencia por arriesgarse a cruzar el río Bravo en lugar de regresar a Honduras, donde cree que enfrentaría una «muerte segura».
La protagonista de esta historia es Jennifer, una catracha que llegó a Piedras Negras, una ciudad fronteriza en el estado mexicano de Coahuila, que colinda con Eagle Pass, Texas, Estados Unidos. Esta localidad se encuentra a orillas del río Grande, más conocido como río Bravo.
Desde hace un año, la hondureña ha estado residiendo en un albergue para migrantes. Sin embargo, en días recientes, planeaba cruzar el río Bravo junto a su hijo, quien aparenta tener alrededor de 2 años.
«Después de casi un año, finalmente quiero cruzar el río», compartió Jennifer con Telemundo.
Cuando se le preguntó si no siente miedo al cruzar el río, considerando que sus corrientes han cobrado la vida de cientos de migrantes, Jennifer respondió entre lágrimas: «sí, tengo miedo, pero tengo más miedo a regresar a mi país. Voy a la muerte segura si vuelvo. No quiero regresar».
De acuerdo con la cadena de noticias Telemundo, la hondureña reveló que hace más de un año, las pandillas quemaron su casa, aunque no proporcionó más detalles al respecto.