El expresidente de Bolivia Evo Morales confirmó este domingo su candidatura para las elecciones presidenciales de 2025 y señaló que lo «obligaron» a tomar esta decisión por lo que va a «batallar», en medio de la división al interior del partido gobernante, el Movimiento al Socialismo (MAS).
«Me han convencido que voy a ser candidato, me han obligado, claro la gente quiere, pero me están obligando, tanto contra Evo, la derecha, el Gobierno, el imperio», sostuvo Morales (2006-2019)en su programa en la radio local Kawsachun Coca.
El también líder del MAS agregó que hay una campaña «sucia» en su contra, ya que la oposición le tilda de «narcotraficante», pero el Gobierno del presidente Luis Arce y del vicepresidente David Choquehuanca le señalan como el «rey de la cocaína», por lo que estas situaciones le «obligaron» a ser candidato y a «batallar».
«No nos vamos a rendir y vamos a estar en esta dura batalla democrática, ahora a construir propuestas, tengo reunión con empresarios, saludo que vengan propuestas, hay que construir la agenda post-bicentenario», sostuvo Morales.
El expresidente lamentó que Arce, quien fue su ministro de Economía durante su Gobierno, no haya avanzado «nada de nada» de la agenda que realizaron con 13 pilares rumbo hacia el bicentenario del país. «Tenemos fuerza todavía», afirmó.
Morales denunció que el Gobierno de Arce tiene un plan para defenestrarlo con «procesos políticos» y que incluso quieren «eliminarlo» físicamente, por lo que decidió aceptar lo que su militancia pide.
«Vamos a enfrentar con la verdad, dignidad y honestidad toda esa agresión que sufrimos en las redes sociales desde el Ministerio de la Presidencia», recalcó en un mensaje posterior en la red X (antes Twitter).
El anuncio de Morales se da a solo unos días de que se celebre el congreso nacional del MAS, del 3 al 5 de octubre en el trópico de Cochabamba, uno de sus bastiones políticos, que también ha sido motivo de disputa entre los oficialistas.
Los aliados de Arce o «arcistas» han intentado que ese congreso se realice en la ciudad de El Alto, contigua a La Paz, y que se renueven los líderes del partido gobernante, empezando por el propio Morales.
Mientras que los llamados «evistas», cercanos a Morales, ya han advertido de que en la cita del MAS se decidirá sobre la expulsión de Arce y de Choquehuanca, a quienes califican de «traidores».
Morales dijo que sus detractores buscarán inhabilitar su candidatura «usando a una mujer», como lo «hizo la derecha» durante la crisis de 2019, cuando en medio de las denuncias de fraude electoral a su favor renunció denunciando un «golpe de Estado», por lo que la opositora Jeanine Áñez asumió la Presidencia interina del país, ante las dimisiones de todos los que estaban en línea de sucesión. «¡Nunca nos vamos a rendir, hermanas y hermanos! ¡Unidos vamos a salvar nuevamente a nuestra querida Bolivia!», señaló.
Pugnas internas
Este sábado la cúpula del MAS, que es cercana a Morales, acusó al Gobierno de Arce de una supuesta presión al Tribunal Supremo Electoral a través de algunos dirigentes para intentar invalidar el congreso del partido.
Las pugnas en el MAS comenzaron a finales de 2022 con criticas a la gestión del Gobierno y denuncias de corrupción contra algunos ministros, mientras que varios sectores oficialistas han proclamado, por separado, las candidaturas de Arce y de Morales para las elecciones de 2025.