Peter Navarro, exasesor de la Casa Blanca durante la Administración Trump fue declarado culpable el jueves de desacato criminal al Congreso por no cumplir con una citación del Congreso relacionada con el complot para revertir las elecciones de 2020.
El jurado deliberó durante unas cuatro horas antes de declarar a Navarro culpable de dos cargos de desacato por negarse a testificar ante el comité del 6 de enero de la Cámara de Representantes y entregar documentos que le fueron pedidos.
Los dos cargos conllevan cada uno un mínimo de 30 días y un máximo de un año de prisión, además de una multa de hasta 100,000 dólares.
«No hay error ni accidente», declaró el fiscal John Crabb a los miembros del jurado en la sala de la corte de Washington D.C. durante los alegatos finales.
«Este hombre cree que está por encima de la ley», dijo Crabb. «En este país, nadie está por encima de la ley».
Stanley Woodward, abogado de Navarro, le dijo a los jurados que el Gobierno no había probado que su representado era culpable de desacato criminal del Congreso.
«Para que el Gobierno pruebe su caso más allá de una duda razonable tiene también que probar que el Dr. Navarro no cumplió con la citación como resultado de un accidente, un error o de manera inadvertida», dijo Woodward, y repitió esas tres palabras finales varias veces.
«Este caso tiene que ver con esas tres palabras», afirmó, y añadió que el Gobierno no ha podido decirle a los jurados dónde estaba Navarro en el momento en que se suponía que se presentara para su deposición ante el comité que investigaba los sucesos del 6 de enero.
En respuesta, Crabb dijo: ¿A quién le importa dónde estaba? Lo que importa es que no estuvo».
Navarro dijo que compareció porque el expresidente Donald Trump le había dicho que debía acogerse a su privilegio ejecutivo en el caso, aunque Trump nunca le comunicó eso al comité que investigaba los hechos del 6 de enero o presentó ninguna información en el caso de Navarro que dijera eso.
Los fiscales indicaron que Navarro tenía la obligación de comparecer de cualquier manera y responder a las preguntas que pudiera.
«Desacato significa faltarle el respeto a la ley», declaró la vicefiscal Elizabeth Aloi en su alegato final. Dijo que que Navarro «sabía que se le había ordenado aparecer y entregar documentos y decidió no hacerlo por cualquier razón».
«No importa si el acusado se negó a cumplir creía que el expresidente había hecho uso del privilegio ejecutivo», indicó Aloi.
«Si personas como el acusado pueden decidir ignorar las citaciones del Gobierno, el trabajo de nuestro Gobierno de servir al pueblo no puede ser realizado», añadió.
El juicio fue rápido. La selección del jurado fue el martes y las argumentos iniciales y testimonios de los testigos concluyeron avanzada la tarde del miércoles.
El jurado comenzó sus deliberaciones poco después de las 11:00 a.m. del jueves. «Estamos en las manos de Dios ahora», dijo Navarro en un mensaje en la red social X, anteriormente conocida como Twitter, a principios de la tarde, mientras pedía donaciones para pagar por su defensa legal y «batallar contra estos bastardos partidistas armados».
Navarro fue encausado el año pasado por dos cargos de desacato al Congreso: uno por no proveer documentos y otro por no dar testimonio.
Navarro es parte de un grupo de aliados de Trump que han sido considerados en desacato al Congreso en años recientes.
