El presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo de León, aseguró que el país centroamericano vive en la actualidad un «golpe de Estado», orquestado con el objetivo de evitar su investidura y la de su partido político el próximo 14 de enero.
En una rueda de prensa junto a su vicepresidenta, Karin Herrera, el mandatario electo acusó a la fiscal general, Consuelo Porras, como una de las principales promotoras del «golpe de Estado».
Además, señaló al fiscal Rafael Curruchiche, a la Junta Directiva del Congreso, a un juez penal y a «otros actores corruptos» como los instigadores del «golpe de Estado», al «intentar romper el orden constitucional y violentar la democracia».
La denuncia de Arévalo de León llega en la misma semana en que la Junta Directiva del Congreso, del partido Vamos, del presidente, Alejandro Giammattei, suspendió a la bancada legislativa del Movimiento Semilla, que llevó al académico de 64 años a la presidencia.
Además, esta misma semana el Registro de Ciudadanos del Tribunal Supremo Electoral canceló al partido de manera provisional, y en ambos casos fue por orden del juez penal Fredy Orellana, a solicitud del Ministerio Público (Fiscalía) que dirige Porras.
Las intenciones por cancelar al partido por parte del Ministerio Público se iniciaron el 12 de julio, después de que Arévalo sorpresivamente se colara a la segunda vuelta en las elecciones del 20 de junio, y han sido catalogadas como «ilegales» por diversos expertos y analistas, además del mismo excandidato.
Desde entonces, la Fiscalía ha allanado la sede del Movimiento Semilla y también el Tribunal Supremo Electoral, por un supuesto caso de firmas falsas en 2018 durante la fundación del partido.
Arévalo de León explicó este viernes que «el grupo de políticos y funcionarios corruptos, que se niegan a aceptar este resultado, han puesto en marcha un plan para romper el orden constitucional y violentar la democracia».