La violencia y el terror nuevamente tocaron las puertas de un negocio en Honduras, y es que ayer grupos antisociales entregaron una carta extorsiva a los empleados de una gasolinera y centro de conveniencia que se ubica en la colonia Cerro Grande de la capital.
Esta mañana la gasolinera amaneció «truncada» por barriles y la tienda está ´protegida´ por un portón de hierro, los empleados de estos locales decidieron abandonar sus labores ya que en dicha carta extorsiva les pedían negociar el amenazante «impuesto de guerra».
La criminalidad y extorsión son flagelos que sufre la ciudadanía hondureña, desde el que tiene una pulpería, transportistas, emprendedores hasta la micro y pequeña empresa, quienes se ven obligados a pagar la cuota o a cerrar su negocio, que muchas veces es su única fuente de ingresos.