El Real España no pudo ante Marathón en apertura del telón de la jornada cuatro en el que el Yankel Rosenthal albergó el derbi sampedrano número 247.
El debutante Sebastián Gorga abrió la lata en el primer tiempo y Clayvin Zúniga, que anotó un tremendo golazo, sentenció el cuarto triunfo consecutivo del verdolaga ante su más enconado rival.
El verde sumó seis puntos, le igualó a Real España en los primeros lugares y aumentó la racha negativa del “Palomo” Rodríguez en clásicos de Liga Nacional.
– ACCIONES DEL JUEGO –
En una tarde sumamente asoleada en San Pedro Sula, Real España visitó la casa del Marathón en el arranque de la jornada cuatro del torneo Apertura 2023.
La Máquina llegó a este duelo con las bajas sensibles de Ramiro Rocca y Franklin Flores. Mientras que los locales hicieron efectivo el debut de los uruguayos Sebastián Gorga y Nicolás Royón, pero sin los hondureños Cristian Sacaza, Yunny Dolmo y “El Virus” Martínez.
El primero que tocó la puerta fue el conjunto visitante. El chico sensación, Carter Bodden, no tuvo la mejor de las tardes, ya que falló dos claras en los primeros minutos.
Apenas al minuto 6’ tembló el travesaño de Marathón, luego de un remate en solitario de Bodden, quien disparó la pelota al palo en uno de los fallos increíbles en lo que va del campeonato.
Minutos más tarde el mismo Bodden falló otra clara, pero en esta acción reaccionó César Samudio salvando el violento derechazo del juvenil sub-20.
En los minutos posteriores llegaron las atajadas de Michael Perelló. En primera instancia lavó su error tras entregar el balón al debutante Nicolás Royón, quien falló de frente al marco.
Seguidamente, Isaac Castillo generó una pared sensacional con el Chelito Martínez, este le devolvió el balón y el sub-20 remató de zurda, sin embargo, Perelló salvó al achicar la jugada de peligro.
Sobre el final del primer tiempo Marathón supo aprovechar un tiro de esquina como la he venido haciendo en los últimos derbis. Sebastián Gorga cerró la pinza en el 45+1’ tras gran pase de Nicolás Royón en el primer palo. Esto desató la locura en el Yankel Rosenthal.
