Los candidatos a la Presidencia de Guatemala han cerrado este miércoles por la noche sus respectivas campañas antes de la crucial segunda vuelta del domingo, tal y como la empezaron, con Sandra Torres, representante del oficialismo conservador, prometiendo acabar con la delincuencia y con Bernardo Arévalo dirigiendo su discurso hacia la lucha contra la corrupción.
Desde la plaza de la Constitución, en Ciudad de Guatemala, los electores de Arévalo asistieron a un discurso en el que el candidato del progresista Movimiento Semilla incidió en aquello que parece haberle llevado de manera sorpresiva a la segunda vuelta de estas elecciones: su retórica anticorrupción.
«Gracias pueblo por dejarnos llegar a la segunda vuelta», ha expresado Arévalo recordando que en esa misma plaza, ya su padre, el expresidente Juan José Arévalo, recibió el apoyo de «miles» de guatemaltecos, y, más recientemente, en 2015, la gente salió a manifestarse contra el gobierno corrupto de Otto Pérez Molina.
«No todo ha sido alegría en esta campaña, tristemente como nunca en nuestra historia la mentira se ha hecho protagonista de nuestras elecciones», ha dicho, alertando no solo de que los corruptos se benefician de la mentira, sino además de que han encontrado en Torres a su «principal portavoz» para estas artimañas.
«Lo que quieren es engañar para que el pueblo elija mal el domingo (…) La buena noticia es que el pueblo de Guatemala no les cree, no permitamos que el miedo nos gane, somos un pueblo decidido a votar diferente porque estamos en un momento histórico, llevamos años de ser presas de políticos corruptos», ha manifestado.
«Sí podemos cambiar la historia de Guatemala», ha enfatizado el candidato del Movimiento Semilla, quien ha destacado que por primera vez en décadas hay una alternativa de cambio que es mayoría.
Por su parte, Torres, la candidata de Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), se ha recorrido varios municipios del sur del país, como Retalhuleu, Suchitepéquez y Santa Rosa, para poner el broche a una campaña en la que no ha escatimado en ataques infundados a su contrincante, a quien ha acusado, entre otras cosas, de connivencia con la delincuencia queriendo clausurar el Ejército.
En esta ocasión, se ha centrado en ahondar en las política sociales que tiene previsto poner en funcionamiento en caso de salir ganadora este domingo. «Vamos a entrarle con los tacos por delante a la delincuencia y a la violencia, mientras la ayuda social regresará en los primeros cien días de mi gobierno», ha prometido.
«Conmigo van a estar mejor», ha asegurado Torres, quien ha prometido bajar el IVA de al manos diez productos de la cesta básica, entre ellos el pollo y el pan, repartir bonos de ayuda para estudiantes, jubilados, agricultores e incluso construir un millón de viviendas sociales, informa el diario ‘Prensa Libre’.
Estos comicios en Guatemala han estado marcados por el sorpresivo segundo puesto de Arévalo en una primera vuelta en la que la suma de los votos nulos y en blanco han superado a los logrados por cualquiera de los candidatos, lo que da una muestra del hartazgo de una sociedad guatemalteca que acostumbra desde hace varias elecciones a utilizar su papeleta como castigo.
La sombra del fraude ha estado presente desde que comenzaron a conocerse los primeros resultados, después de que una Fiscalía en entredicho, su cúpula ha sido señalada por Estados Unidos por corrupción, haya estado intentando suspender la candidatura de Arévalo.