El pasado 10 de agosto Milagros Monserrat iba camino a su trabajo. Ese día era su cumpleaños número 40. Caminaba sobre la calle Lago Zumpango esquina con Lago de Chapala, en la colonia Granada, en León, Guanajuato. Y detrás de ella iba un sujeto de playera verde y pantalón de mezclilla.
Una cámara de seguridad captó como ambos pasaron por ahí a las 6:33 horas y salieron de cuadro, segundos después reaparecieron. El individuó iba jalando a Monserrat mientras la amenazaba con un arma blanca.
“¡No! ¡¿Qué te doy?! Si no tengo nada. Te lo juro que no tengo nada ¡Te juro que no tengo nada!”, gritó Milagros Monserrat para defenderse, sin embargo, el sujeto no la dejó y la atacó, le asestó, al menos, cinco puñaladas en el rostro y cuerpo. Tras ello corrió para escapar del lugar.
La mujer se mantuvo de pie, luego comenzó a caminar mientras se desangraba, pese a que gritaba, ningún vecino se asomó para ver que ocurría. Milagros Monserrat murió desangrada.
Horas más tarde llegaron los pronunciamientos de las autoridades, primero fue la Secretaría de Seguridad, Prevención y Protección Ciudadana de León, quienes por medio de Facebook informaron que no se trató de un asalto.
“Está descartado que el hecho sea derivado de un delito patrimonial, pues fue un ataque directo, por aparentes rencillas personales”, indicaron, y agregaron: “colaboramos con la Fiscalía General del Estado en el esclarecimiento de este delito y que el responsable sea llevado ante la justicia”.
El viernes 11 de agosto por la noche, el alcalde de león Guanajuato, Alejandro Navarro, confirmó la captura de Miguel, el hombre identificado como el homicida de Milagros Monserrat.
El caso cobró relevancia más allá de los límites de México, tanto que el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, lo usó para continuar con su campaña en contra de las organizaciones de Derechos Humanos: “pero las ONG’s de ‘derechos humanos’ no dirán nada, a ellos no les importa la muerte de la gente honrada. Ellos solo saldrían en defensa del asesino, si el Estado hace su trabajo y lo saca de las calles. Ahí sí saldrán a pedir buen trato y ‘reinserción’ para esa rata asquerosa”.