La jornada empezó con algunos desacuerdos entre familiares de Fernando Villavicencio. Y, al final, no todos pudieron rendir homenaje al candidato y al amigo, como hubieran querido. Cerca de las 10:00, en los exteriores de la sala de la velación, Memorial, un grupo de familiares, amigos y simpatizantes del excandidato a la Presidencia de la República, Fernando Villavicencio, asesinado el 9 de agosto en Quito, pugnaba por ingresar. Pero, en la puerta del lugar, los guardias de seguridad tenían una lista con los nombres de las personas autorizadas para ingresar a la sala de velaciones. Sin embargo, no estaban su hermana, sus tíos y algunos de sus sobrinos.
Ellos han dicho públicamente que esto se debe a una decisión de Verónica Sarauz, la esposa de Villavicencio. Según sus familiares, la pareja estaba separada. Tras el asesinato de Villavicencio ya hubo desacuerdos familiares para retirar el cuerpo de Medicina Legal. Pero estos se solucionaron, luego de que Sarauz autorizara el retiro del cuerpo a dos personas de su confianza.
La sobrina de Villavicencio, Nina Osorio, aseguró que, junto a otros miembros de su familia, incluida la madre y dos de las hijas del fallecido, de un matrimonio anterior, no han podido entrar a la capilla de velación. La joven, que regresó el jueves desde España, pide que “permitan velarle con dignidad y cariño“, ya que asegura que lo tienen “secuestrado”.
Tamia Villavicencio, una de las hijas mayores del excandidato, negó, desde fuera de la verja de entrada donde tampoco la han dejado acceder durante un rato, que fuera un “secuestro” y aseguró que “es un tema de horas” para poder ver al fallecido y por la seguridad que rodea a la familia tras el asesinato. Cerca del mediodía, 10 personas, entre tíos y sobrinos, lograron ingresar a la sala de velaciones tras la mediación de la Policía.
A las 13:20, una carroza con el cuerpo de Fernando Villavicencio salió del Memorial con dirección al Camposanto Monteolivo, al nororiente de Quito. El féretro fue ingresado a la Sala de Velación 6. Sólo sus familiares más cercanos lo acompañan.
Un oficial de la Policía Nacional comunicó que a las 14:00 habrá una misa con capacidad para 300 personas, donde podrá entrar el público. Sin embargo, se mantienen los roces entre la familia. Incluso la mamá de Fernando Villavicencio tuvo problemas para ver el cuerpo de su hijo. Al final, la misa se desarrolló con normalidad con la presencia de un grupo de familiares y algunos simpatizantes.