Tras una última reunión nocturna entre el comité de organización, autoridades de la ciudad de París, las federaciones deportivas, y otros organismos, se tomó la decisión de no permitir a las nadadoras y nadadores lanzarse desde el Puente Alexandre III, en pleno centro de París, para esta prueba de la Copa del Mundo.
“Todos estamos decepcionados esta mañana (del domingo), primero por los deportistas y por toda la organización del evento. Sucedió en unas pocas horas”, reaccionó Pierre Rabadan, adjunto de Deportes, Juegos Olímpicos y Sena de la municipalidad de París.
Esta autoridad deportiva precisó que la decisión fue tomada por la presencia de la bacteria Escherichia coli, cuya concentración en las últimas 24 horas iba más allá del umbral permitido: a 1.300 UFC/100 ml, cuando la federación internacional de natación (World Aquatics) impone una tasa inferior a 1.000.
Desde el jueves, la Federación Francesa de natación (FFN), en acuerdo con World Aquatics, apuntaba a una calidad de agua “por debajo de las normas aceptables”, y había anulado el entrenamiento antes de aplazar la prueba femenina del sábado al domingo.
La salud es primero
World Aquatics afirmó este domingo estar “decepcionada de que la calidad del agua conlleve la anulación de esta prueba de Copa del Mundo”. “Pero la salud de los deportistas debe ser siempre nuestra primera prioridad”, declaró Husain Al-Musallam, su presidente, citado por el comunicado difundido este domingo.