Los jefes militares de África occidental «definieron» un plan de cara a una «posible intervención» contra la junta que tomó el poder en Níger, tras el fracaso de una mediación para restituir en el poder al derrocado presidente Mohamed Bazoum.
«Se definieron todos los elementos de una posible intervención, incluidos los recursos necesarios y el cómo y cuándo vamos a desplegar esa fuerza», dijo el comisionado de Asuntos Políticos y de Seguridad de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao), Abdel-Fatau Musah.
«Queremos que la diplomacia funcione y queremos que se les transmita claramente [a los golpistas] el mensaje de que les estamos dando todas las oportunidades de dar marcha atrás», agregó, tras una reunión de jefes de Estado Mayor de los países de esa entidad regional en Abuya (Nigeria).
La advertencia de la Cedeao llega tras el fracaso de una misión del bloque para restituir a Bazoum y del anuncio por parte de la junta de la ruptura de los acuerdos de cooperación militar con Francia, ahondando la crisis en una región confrontada a las acciones de grupos yihadistas.
Tensión regional
La Cedeao impuso fuertes sanciones a Níger tras el golpe del 26 de mayo y dio hasta el domingo a los golpistas para restablecer en sus funciones a Bazoum, bajo amenaza de utilizar «la fuerza».
La junta replicó advirtiendo que respondería de forma inmediata a cualquier «agresión o intento de agresión».
Excluyó de sus amenazas a los «países amigos» suspendidos de la Cedeao, en referencia a Burkina Faso y Malí, también gobernados por militares alzados.
Estos dos países avisaron que «cualquier intervención militar contra Níger sería considerada como una declaración de guerra» en contra de ellos.
Rusia, con una creciente presencia en la región africana del Sahel, afirmó que una intervención externa no resolvería la crisis.
Bazoum afirmó el jueves que si el golpe tiene éxito, tendrá «consecuencias devastadoras para la región y el mundo entero».
En su primera declaración pública desde que fuera derrocado, en una tribuna publicada por el diario Washington Post, instó a Estados Unidos y a la comunidad internacional a «ayudar a restaurar el orden constitucional».
En su texto, Bazoum alertó que «toda la región del Sahel central» podría caer bajo la influencia rusa a través del grupo paramilitar Wagner, cuyo «brutal terrorismo» quedó demostrado en Ucrania.
Francia denuncia «represión»
En varias ciudades de Níger, miles de personas marcharon el jueves para apoyar a los golpistas, coincidiendo con la conmemoración de la independencia del país de Francia, en 1960.
Algunos manifestantes corearon eslóganes contra Francia y agitaron banderas rusas.
Francia indicó que «sólo las autoridades nigerinas legítimas» podían romper los acuerdos de cooperación militar.
Una portavoz de la diplomacia francesa, Anne-Claire Legendre, denunció la «represión autoritaria» que estaba ocurriendo en ese país con el arresto de miembros del gobierno de Bazoum y figuras de la sociedad civil, el cierre de partidos políticos, la prohibición de protestas y la suspensión de medios independientes.
En declaraciones a la cadena BFM TV, Legendre advirtió también que las condiciones de arresto de Bazoum estaban empeorando, al no disponer de electricidad ni acceso a los teléfonos.
Francia, antigua potencia colonial, tiene desplegados 1.500 soldados en este país para la lucha antiyihadista.
Estados Unidos, que también cuenta con un millar de soldados en ese país, paralizó «ciertos programas de asistencia» al gobierno de Níger, anunció su secretario de Estado, Antony Blinken.
Sin embargo, la «ayuda humanitaria y alimentaria vital seguirá», agregó.
El golpe de Estado provocó una rápida salida de extranjeros en Níger.
Francia evacuó a 1.079 personas del país, más de la mitad de ellos franceses.
Un vuelo militar español llegó este viernes a Madrid con 74 evacuados, entre ellos españoles, franceses, estadounidenses y británicos.
Los militares levantaron el viernes el toque de queda que regía desde el golpe.