Seis policías blancos del estado de Misisipi, EE. UU., admitieron haber torturado a dos hombres negros inocentes utilizando un juguete sexual y pistolas paralizantes, anunció en las últimas horas el Departamento de Justicia del país norteamericano.
La Fiscalía federal acusa a los agentes de agredir sexual y físicamente a las víctimas esposadas en una redada realizada el 24 de enero en una vivienda de la localidad de Braxton, para la cual no tenían orden judicial.
Ante el tribunal, los acusados reconocieron que ese día dieron una patada a la puerta y entraron en la casa donde vivían los dos afroamericanos, los esposaron y detuvieron sin tener motivos razonables para creer que habían cometido algún delito.
También les insultaron, les propinaron puñetazos y patadas, les electrocutaron 17 veces y les agredieron con un consolador. Durante el incidente, uno de los policías disparó su arma dos veces para intimidar a los hombres.
Posteriormente, el ayudante del ‘sheriff’ Hunter Elward, de 31 años, extrajo una bala de la recámara de su pistola y forzó su arma contra la boca de uno de los hombres, Michael Corey Jenkins, antes de apretar el gatillo. La primera vez que lo hizo, el arma no se disparó.
«Elward cargó la corredera con la intención de disparar en seco por segunda vez. Cuando Elward apretó el gatillo, el arma se disparó. La bala laceró la lengua [de la víctima], rompió su mandíbula y salió por su cuello», describe el comunicado del Departamento de Justicia.
Con la víctima sangrando en el suelo, los agentes no le prestaron asistencia médica, sino que se reunieron en el exterior del domicilio para urdir una falsa tapadera y fabricar las pruebas para respaldarla.
Así, los policías colocaron una pistola al hombre herido, destruyeron grabaciones de vigilancia, casquillos de bala y cartuchos de pistola eléctrica, presentaron al laboratorio de criminalística pruebas falsas de posesión de drogas por parte de las víctimas, realizaron declaraciones falsas a los investigadores y presionaron a los testigos para que se atuvieran a su versión falsa.
En total, los seis agentes se declararon culpables de 16 cargos, entre los que se incluyen conspiración contra los derechos, privación de derechos con arreglo a la ley, disparo de un arma de fuego durante un delito de violencia, conspiración para obstruir a la justicia y obstrucción a la justicia.
Todos los oficiales fueron despedidos o dimitieron en las últimas semanas, reporta Reuters.
«Se han convertido en los delincuentes de los que juraron protegernos»
«Los acusados en este caso torturaron e infligieron un daño indescriptible a sus víctimas, violaron atrozmente los derechos civiles de ciudadanos a los que se suponía que debían proteger y traicionaron vergonzosamente el juramento que prestaron como agentes del orden», comentó el incidente el fiscal general de EE. UU., Merrick Garland.
La fiscal general adjunta Kristen Clarke, de la División de Derechos Civiles del Departamento de Justicia, declaró que «ningún ser humano debería ser sometido jamás al tipo de actos de violencia tortuosos, traumatizantes y horribles que llevaron a cabo estos agentes del orden».
«Violaron sus juramentos y se han convertido en los delincuentes de los que juraron protegernos», condenó por su parte el fiscal federal del distrito sur de Misisipi, Darren LaMarca.
Otros casos no relacionados
Tres de los acusados, Hunter Elward, Daniel Opdyke y Christian Dedmon, también se declararon culpables el jueves de una acusación penal por tres delitos federales adicionales en un incidente no relacionado ocurrido el 4 de diciembre de 2022, cuando uno de ellos golpeó y electrocutó a un hombre blanco y disparó un arma cerca de su cabeza para obligarle a confesar, mientras los otros dos no intervinieron.
Además, Elward estuvo involucrado en otro caso similar. El 26 de julio de 2021, Monica Lee presenció cómo su hijo, Damien Montrell Cameron, moría en el jardín delantero de su casa de Braxton después de que dos ayudantes del sheriff, entre ellos Hunter Elward, supuestamente lo persiguieran, golpearan y electrocutaran y se arrodillaran sobre su cuello, informan medios locales.
Sin embargo, las autoridades no encontraron pruebas para procesar a los implicados, según la familia del joven fallecido, y el año pasado un gran jurado se negó a acusarlos.