Una mujer inmigrante quemó este jueves una copia del Corán en una playa del lago Malaren, en las afueras de Estocolmo, Suecia.
En las grabaciones difundidas en redes sociales se ve cómo la activista prepara una hoguera, escribe algo en el libro sagrado y arranca algunas páginas para luego quemarlas. A su vez, la Policía, que autorizó el acto de protesta tal y como lo hizo en ocasiones anteriores, desplegó varios agentes en el lugar para contener a un pequeño grupo de personas que se oponían a la quema.
La mujer señaló en comentarios a la prensa local que su motivación para quemar el libro radica en que el Corán «ha matado a mucha gente». «Espero que todo el mundo escuche este mensaje, porque es importante reconocer que la religión es política», dijo.
«Crear religión es negocio», aseveró. Además, aseguró que no quiere identificarse con ninguna corriente en específico, pero dijo seguir las palabras de Cristo y los diez mandamientos de la Biblia.
Una serie de incidentes similares en Estocolmo y Dinamarca provocaron una ola de ira pública en el mundo musulmán. Esto se tradujo en protestas, como en la que manifestantes irrumpieron en la Embajada sueca en Bagdad (Irak). Por su parte, Irak retiró a su encargado de negocios en el país nórdico y exigió al embajador sueco que abandonara el territorio de la nación. Mientras, Arabia Saudita, Catar, Irán y otros países condenaron las quemas del libro sagrado.
Ante el empeoramiento de las relaciones con los países del mundo islámico, tanto Copenhague como Estocolmo consideran introducir cambios en su legislación para detener las quemas del Corán, aludiendo a que estos actos representan un riesgo para la seguridad de sus ciudadanos.