Un ataque ucraniano con el sistema de misiles HIMARS abatió cerca de 200 soldados rusos en un campo de entrenamiento de las tropas invasoras en la región de Kherson, según reportes locales que difundieron imágenes del devastador bombardeo.
La ofensiva se produjo en la isla de Dzharilgach, donde se habían reunido las tropas aparentemente sin protección. Las imágenes captadas por un drone revelan una importante presencia de soldados a lo largo de la costa del Mar Negro, y luego potentes explosiones en la zona de reunión.
Las autoridades ucranianas, basándose en información compartida por fuentes de los territorios ocupados por Rusia, afirman que el ataque se ejecutó con precisión, aunque no confirmaron la fecha. El video compartido en YouTube señala “julio/agosto”.
El Centro Nacional de Resistencia de Ucrania reconoció la contribución de las fuentes clandestinas de las regiones ocupadas: “Gracias a la información proporcionada por la resistencia en el territorio temporalmente ocupado, decenas de invasores y equipos enemigos fueron destruidos”, indicaron.
Sin confirmación oficial del ejército ruso o ucraniano, los reportes locales indicaban que unos 200 soldados habían muerto en el ataque, aprovechando un punto débil del espacio aéreo ruso, señaló el medio estadounidense Newsweek.
Por su parte, el portal Euromaidanpress destacó los errores estratégicos cometidos por las fuerzas rusas en la isla de Dzharylhach. Las tropas habían establecido campamentos en una zona distante, lo que les llevó a adoptar la rutina de reunirse a diario en el exterior debido a su percepción de bajo riesgo. Los operadores de drones ucranianos observaron esta pauta y la explotaron, coordinando el ataque cuando todos los destacamentos rusos eran vulnerables.
El sistema HIMARS, siglas de “High Mobility Artillery Rocket System”, es una plataformas móviles de lanzacohetes montados en blindados ligeros que pueden cargar misiles de 227 mm guiados por GPS con un alcance de unos 80 kilómetros. A diferencia de los sistemas de cohetes que ambos bandos han usado en la guerra, los misiles Himars pueden ser dirigidos a objetivos precisos, haciéndolos más confiables.
Además de ser muy precisos, estos cohetes vuelan bajo y rápido para evitar las defensas antiaéreas. Y con su enorme movilidad lanzadores son muy difíciles de rastrear y destruir.