El Papa Francisco ha asegurado a un joven trans, homosexual y con discapacidad que «el Señor camina siempre» al lado de todas las personas y las ama «tal y como son», incluso si son «pecadoras».
«Jonás, he escuchado tu historia, tu camino, el señor siempre camina con nosotros, siempre, no nos desprecia a ninguno, incluso en el caso de que fuésemos pecadores, él viene a ayudarnos», señala el Pontífice.
El Papa Francisco ha asegurado a un joven trans, homosexual y con discapacidad que «el Señor camina siempre» al lado de todas las personas y las ama «tal y como son», incluso si son «pecadoras».
«Jonás, he escuchado tu historia, tu camino, el señor siempre camina con nosotros, siempre, no nos desprecia a ninguno, incluso en el caso de que fuésemos pecadores, él viene a ayudarnos», señala el Pontífice.
Así lo indica en un nuevo episodio de ‘Popecast’, una iniciativa en la que Francisco mantiene un diálogo a distancia con un grupo de chicos y chicas que le cuentan sus problemas y preocupaciones. El primer capítulo se lanzó con motivo del décimo aniversario de su pontificado y este segundo se publica de cara a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa.
En este ‘podcast’, uno de los participantes, Jonás, explica al Pontífice que es un joven creyente trans, homosexual y con discapacidad. Según precisa, cultivar su fe le ayudó a «aceptarse» en su cuerpo «discapacitado y atípico», a nunca sentirse «solo, incluso en las dificultades». Si bien, afirma que cuando tomó «conciencia de ser una persona trans» hubiera «preferido no creer».
«Me sentí dividido entre la fe y la identidad transgénero», asegura, al tiempo que comenta que las primeras personas en las que confió trataron de disuadirlo, prefigurando «un camino oscuro», el de los «desertores de Cristo» y se «sentía culpable». Tras escuchar su historia, Bergoglio insiste en el amor incondicional de Dios. «Dios siempre nos acaricia. Dios es padre, madre, hermano, todo para nosotros. Y entender esto es difícil, pero Él nos ama tal y como somos. No te rindas», remarca el Pontífice.
Por otro lado, el Papa también responde a las preguntas de otros jóvenes, como Edward y Valerij, en prisión por hurtos y robos, a quienes Francisco anima asegurando que «los errores no deben destruir la vida»; o las de Arianna, una joven bipolar que dice vivir como en «un vaivén entre el deseo de suicidarse y el corazón que estalla de alegría», a la que Bergoglio invita a «mirar siempre hacia delante».
Igualmente, escucha la historia de Giuseppe, que pasa la mayor parte de sus días jugando a videojuegos. «No se puede vivir sin horizonte, ¿sabes? Con el tiempo te aburrirás de ti mismo», le advierte Francisco.
El Papa termina su intervención invitando a todos los jóvenes a acudir a la JMJ de Lisboa, que se celebrará del 1 al 6 de agosto. «Ir a la JMJ vale la pena. ¡Vale la pena el riesgo! Quien no arriesga, no avanza», señala.