En la homilía dominical celebrada en la catedral metropolitana, el arzobispo de Tegucigalpa, José Vicente Nácher Tatay hizo énfasis en Tres parábolas de la sagrada palabra de Dios, principalmente la del trigo y la cizaña. Tatay mencionó lo que debe desaparecer de nuestras vidas para recibir la indulgencia divina.
«Hablemos de la parábola del trigo y la cizaña, la convivencia entre bien y el mal, el dueño del campo muestra una serenidad grande y un gran cuidado para que no se pierda ninguno de sus hijos. La mayoría quisiéramos que arrancaran la cizaña de una vez por todas o que dejaran de sembrarla, pero es un misterio que Cristo asume en la cruz, el perseguido y el injustamente condenado. Dios permite que el mal nos siga golpeando, ¿por qué? pero la respuesta no es fácil… No nos conformemos con respuestas fáciles. La respuesta de Dios sigue manifestándose y es indulgente con todos. No hay nada oculto que no llegue a saberse».
«Nos juzgas con benignidad y nos con gobiernas con gran indulgencia. No es acaso la indulgencia una bella parábola del poder de Dios», señaló Nácher. «Mientras nosotros queremos mostrar nuestro poder con intransigencia, desconfianza, castigo y fuerza, Dios, conforme a su encarnación, sigue mostrando su poder en la paciencia, la indulgencia y la fragilidad”.