Hollywood está oficialmente parado. Los 160.000 miembros de SAG-AFTRA, el sindicato de actores, se han declarado en huelga después del fracaso de la negociación de su convenio colectivo con los estudios de cine y televisión. Se trata de la primera gran huelga de los actores desde 1980, y la primera conjunta de actores y guionistas de 63 años. La protesta del sindicato, que tomó mucha fuerza tras la fusión de dos organizaciones en 2012, acerca a la industria al abismo porque deja a cientos de producciones y compañías sin su materia prima esencial, el talento. El paro es casi total, lo que agrava el conflicto laboral en California. Los actores se suman ahora a los guionistas, cuyos 11,500 miembros llevan protestando por la mejora de sus condiciones desde el 2 de mayo. Solo los directores llegaron a un acuerdo con los estudios, lo que evitó que los tres gremios más importantes del sector estén a la vez en huelga. Es la primera vez que actores y guionistas van juntos a la huelga en seis décadas.
“Tras cuatro semanas de negociación y como la patronal no da su brazo a torcer, se ha acordado ir a la huelga a partir de esta medianoche [del jueves en California] para garantizar un futuro sostenible para sus miembros”, declararon este jueves la presidenta del sindicato, la actriz Fran Drescher, y el negociador jefe, Duncan Crabtree-Ireland, durante una multitudinaria rueda de prensa en Los Ángeles, rodeados de actores. La huelga será seguida solamente por los artistas que están vinculados al contrato colectivo de cine y televisión. Los piquetes en las puertas de Netflix, Warner, Paramount y Disney comenzarán este viernes desde las 09.00, hora del Pacífico.
Drescher, conocida mundialmente por su papel en la serie La niñera, ha mostrado en la conferencia la molestia con los estudios tras no haber alcanzado de los acuerdos. Ha afirmado que la huelga ha sido el último recurso para la organización, pero que se trata de la defensa de los trabajadores. “Lo que está ocurriendo aquí es importante porque está pasando en todos los campos del trabajo… Es un momento histórico, es el momento de la verdad. Si no nos ponemos exigentes, estaremos en peligro de ser reemplazados por las máquinas”, aseguró la presidenta de la organización en un tono beligerante.
Tanto ella como Crabtree-Ireland aseguraron a la prensa que pasaron la noche del martes hablando con los principales ejecutivos de Hollywood para evitar este escenario, hasta el último momento. “Todos estamos decepcionados con los resultados de las negociaciones y con la actitud de la patronal… no puedo creer que tengamos posturas tan alejadas en tantas cosas”, sostuvo Drescher. Y añadió: “Somos las víctimas aquí. Somos las víctimas del sistema. Estoy en shock por cómo nos ha tratado la industria con la que trabajamos. No me lo puedo creer”.
Los estudios, agrupados en la Alianza de Productores de Películas y Televisión (Amptp, por sus siglas en inglés), han dicho a través de un comunicado que el sindicato “ha elegido un camino que provocará problemas financieros” a miles de personas que dependen de la industria. En el documento, las compañías aseguran haber ofrecido el mejor incremento en 35 años y una propuesta “rompedora” para proteger a los intérpretes de que su imagen sea utilizada sin su consentimiento en la era de la inteligencia artificial.
El calibre del paro es incalculable. Como referencia, un dato: la huelga de guionistas de 2008, que duró tres meses, tuvo un impacto económico de 2.500 millones de dólares (2.226 millones de euros al cambio actual), según cálculos oficiales. El paro de los guionistas, en marcha desde mayo, ya había ralentizado, cuando no parado por completo, el calendario de filmaciones de series y películas. Con el plantón de los actores, las producciones que se están rodando actualmente se quedarán sin personal en los platós. La huelga también impide a los intérpretes hacer promoción de sus productos. Ni siquiera se sabe cuándo se celebrarán (si es que lo hacen) los premios Emmy, cuyos nominados se anunciaron el miércoles: hay posibles fechas en septiembre (ya casi descartada), noviembre y enero.
La industria audiovisual de EE UU genera 2,4 millones de empleos en el país y 186.000 millones de dólares (más de 170.000 millones de euros) en salarios a través de unas 122.000 empresas, según datos de enero de la Motion Picture Association. El conflicto laboral que ha escalado hoy se ha enquistado por el convenio colectivo de los actores, quienes piden un aumento en el monto que reciben por la segunda vida de las producciones que han hecho en el pasado (DVD, ventas de derechos, pases en televisión) y exigen garantías ante la irrupción de la inteligencia artificial en el sector, un tema que también hizo descarrilar el acuerdo con los guionistas.
La negociación entre los actores y los estudios se agrió el martes, cuando se filtró que los ejecutivos buscaban la intervención de un mediador federal en el último tramo del proceso y sin comunicarlo a la otra parte. La petición, filtrada a la prensa especializada, enfureció a los líderes de SAG-AFTRA. “La AMPTP ha abusado de nuestra confianza y ha dañado todo el respeto que tenemos a la negociación. No nos dejaremos manipular en esta maniobra cínica para conseguir una extensión cuando las empresas han tenido más que suficiente tiempo para proponer un acuerdo justo”, aseguró el sindicato el martes en un comunicado.
Los actores se encuentran sin contrato desde el 30 de junio. Este sindicato es considerado uno de los poderes más importantes de Hollywood. En 1960, cuando estalló la huelga conjunta de escritores y actores, el presidente de SAG era Ronald Reagan. El cargo lo preparó para su trayectoria política, pues en 1967 se convirtió en gobernador de California. El SAG, que cumplió 90 años esta semana, agrupa nombres tan poderosos en la industria como Meryl Streep, Ben Affleck, Charlize Theron, David Duchovny, Ben Stiller y Jennifer Lawrence, pero también a miles de actores anónimos que no son estrellas y que, la mayoría del tiempo, no tienen trabajo.
Una de las claves era la negociación de los llamados residuales, los ingresos que se obtienen de la venta de derechos de películas o series en diferentes mercados. El gremio considera que estos montos son bajos en la era del streaming. La negociación del convenio fue en 2020, con el escaso margen de maniobra que dejaba la pandemia; la anterior fue en 2017, cuando estas plataformas aún no tenían la fuerza de hoy, por lo que este es el momento clave para negociar el aumento. Además, se puso sobre la mesa quién debe hacerse cargo de los costes de los castings que los actores graban en sus casas y envían a las agencias y estudios (un proceso complejo y caro que pagan los intérpretes, a menudo a fondo perdido).
Entre los estudios con los que se han sentado los actores están Netflix, Amazon, Apple, Paramount, Disney, Sony, Warner y Universal. Las negociaciones se tenían en paralelo a la huelga de los guionistas y se extendieron hasta el último minuto del 12 de julio. En la madrugada de este miércoles, el SAG anunció que la negociación no dio resultados. Drescher afirmó que estas habían sido “de buena fe”, pero que las propuestas por parte de la patronal había sido “insultantes e irrespetuosas” dadas las “importantísimas contribuciones a la industria” por parte de sus intérpretes. “Hasta que no negocien de buena fe, no podemos empezar a llegar a un acuerdo. No tenemos más remedio que avanzar juntos, se aseguraba por la noche, explicando que someterán la decisión de ir a la huelga a una discusión por parte de su comité nacional. El 7 de junio, el 98% de los integrantes del sindicato había votado sí a la huelga.
En una carta firmada por más de 2.000 rostros conocidos del cine y la televisión, los actores aseguraban que no era “momento de tomar posturas intermedias”. “No es una exageración decir que los ojos de la historia están sobre nosotros”, afirmaban en la misiva, en la que exigían “los cambios necesarios y la protección merecida”. Y añadieron: “Si no sois capaces de llegar hasta ahí, os pedimos que uséis el poder que os otorgamos como miembros y os unáis a la huelga del sindicato de guionistas. Para nuestro sindicato y nuestro futuro, este es el momento. Esperemos que, en nuestro nombre, encontréis el momento y no lo dejéis pasar”.