El sumergible Titan, que implosionó el pasado 18 de junio acabando con la vida de las cinco personas que se encontraban en su interior, había conseguido llegar a la altura a la que se encuentran los restos del Titanic en tan solo el 14% de los viajes que había realizado previamente.
Así lo asegura el diario británico Insider, que ha analizado el contrato que la compañía del submarino, OceanGate, otorgó a un pasajero que finalmente se negó a viajar en uno de los viajes tras conocer las condiciones a las que se enfrentaba.
De esta forma, de los 90 viajes que había realizado anteriormente, tan solo en 13 ocasiones éste había llegado realmente a la profundidad a la que se encuentra el barco, ubicado a 12.500 pies por debajo de la superficie del océano Atlántico.
Además, según el periódico, en la exención de responsabilidad que los tripulantes tenían que firmar para ir a bordo del Titan, la compañía se refiere al sumergible como una nave «experimental».
No estaba certificado
En estos mismos documentos, la compañía aclaraba que la nave no estaba certificada ni aprobada por ningún organismo regulador y que había sido construido con «materiales que no han sido ampliamente utilizados para sumergibles tripulados».
De hecho, su construcción ha estado cuestionada por varios expertos, quienes han alertado de que los materiales con los que se construyó no eran los correctos, lo que podría haber provocado su implosión.