David Mccarthy, es ejemplo que los prejuicios se dejan atrás con el fin de cumplir nuestros sueños, todas las mañanas se levanta con la esperanza de alcanzar una meta.
Es en una de las calles del bulevar Morazán de Tegucigalpa que el joven de 21 años vende burritas, baleadas y desayunos típicos, su arduo trabajo lo motiva para cumplir su sueño de viajar al extranjero y allí establecerse.
«Decidí emprender porque no encontraba trabajo en este país, y como mi sueño es conseguir un trabajo en el extranjero, entonces estoy trabajando para ahorrar dinero», dijo el joven ejemplar.
Su consejo a los jóvenes catrachos es: «Hay que buscar nuestros propios sueños y oportunidades porque el país ahorita está muy difícil».