El expresidente ruso y vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, afirmó este martes que 185.000 nuevos reclutas se han unido al ejército ruso como soldados contratados profesionales desde principios de este año, mientras Moscú intenta reforzar las fuerzas que han sufrido grandes pérdidas durante su invasión de Ucrania.
Los carteles que instan a las hombres a unirse como soldados contratados están pegados en todas las ciudades rusas y los anuncios de televisión con frecuencia transmiten el mismo mensaje.
«Según el Ministerio de Defensa, del 1 de enero al 4 de julio, más de 185.000 personas fueron aceptadas en las filas de las fuerzas armadas, de las cuales unas 109.000 están en la reserva, así como otras categorías de ciudadanos que son llamados a servir bajo contrato», dijo Medvedev.
En un video publicado en Telegram, detalló que casi 10.000 nuevos reclutas se habían unido en la última semana desde un breve motín del grupo mercenario Wagner, cuyos combatientes tenían la opción de alistarse como soldados regulares.
El año pasado, Rusia anunció un plan para aumentar el tamaño de sus fuerzas armadas en más de 30 %, a 1,5 millones de efectivos de combate, una tarea ambiciosa que se hizo más difícil debido a sus numerosas pero no reveladas bajas en la guerra.
El presidente Vladimir Putin ordenó una «movilización parcial» de 300.000 reservistas en septiembre pasado, lo que provocó que cientos de miles de hombres huyeran de Rusia para evitar ser enviados a combatir.