Un niño migrante de 9 años, que se quedó sin agua en el desierto de Arizona, Estados Unidos, cuando viajaba con su mamá y otro hermano, murió en un hospital de ese estado, informó la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
Las autoridades migratorias no identificaron al niño migrante ni dieron a conocer su nacionalidad.
La madre del menor dijo a las autoridades que su hijo «no tenía problemas médicos previos y creía que el calor contribuyó a sus complicaciones médicas durante la caminata», según un comunicado de CBP.
La mujer pidió ayuda al servicio de emergencia de Estados Unidos el pasado 15 de junio cuando se encontraba perdida con sus dos hijos menores en el desierto cerca a Tubac, en Arizona.
En su llamada la mujer dijo que su hijo de 9 años estaba experimentando convulsiones.
Cerca de media hora después, bomberos de Tubac y agentes de la Patrulla Fronteriza hallaron a la familia en un lugar remoto donde no podía aterrizar un helicóptero y de difícil acceso para una ambulancia.
El niño tuvo que ser cargado por los socorristas que iban a pie antes de poder ser transportado al Centro Médico del Noroeste en Sahuarita, Arizona.
Debido a su condición fue remitido el 16 de junio a un hospital en Mesa, donde fue diagnosticado con una «falla multiorgánica y fue colocado en soporte vital».
Ese mismo día, la Patrulla Fronteriza informó al hospital que liberaba de su custodia al menor, su madre y su otro hermano.
El 17 de junio el pequeño falleció tras sucumbir a sus complicaciones médicas.