Según la Conferencia Episcopal Alemana, 522.821 católicos abandonaron su Iglesia en 2022. Eso supone un aumento de más del 45% en comparación con 2021, y una estadística que encaja con los numerosos informes sobre duros procesos de reforma y obispos enfrentados.
Michael Rind, habitante de Colonia y contador de profesión, es uno de los que ha abandonado recientemente la Iglesia católica. Para este católico de 56 años, según cuenta a DW, fue un proceso largo y doloroso, de «muchos momentos de shock» y «dolorosas tomas de conciencia» sobre los casos de la violencia sexual en la archidiócesis de Colonia.
Dinero de los contribuyentes, abusos sexuales y nada de transparencia
Rind se refiere al papel de la Conferencia Episcopal, no sólo a la hora de tratar el escándalo de los abusos, sino también en cuestiones fundamentales de la atención pastoral. «Hay personas a las que la Iglesia debería integrar, como a homosexuales o divorciados que se vuelven a casar», dice Rind. Pero con demasiada frecuencia ve «un trato inhumano», apunta Rind.
Con esto, Rind nombra los dos problemas más candentes a los que se enfrenta la Iglesia católica en Alemania. Por un lado, la larga disputa sobre la postura del cardenal de la arquidiócesis de Colonia Rainer Maria Woelki, cuya trayectoria en el tratamiento de los abusos y las consecuencias pastorales indigna a mucha gente. El mismo día anterior al anuncio de las cifras de dimisiones eclesiásticas, se produjo una redada en varios locales de la archidiócesis ante la sospecha del delito de perjurio, que Woelki habría cometido.
Pero más allá de eso, puede decirse que existe una creciente división entre los fieles que esperan reformas y exigen, por ejemplo, una verdadera participación de las mujeres en la Iglesia, y los obispos que frenan todo cambio.
El presidente de la Conferencia Episcopal, el obispo Georg Bätzing, se ha mostrado «profundamente conmocionado por el elevadísimo número de personas que abandonan la Iglesia». 522.821 personas abandonaron la Iglesia, reporta escuetamente la autoridad confesional. A modo de comparación: los contribuyentes luteranos que abandonaron su Iglesia se cifró en 380.000 en 2022.
Incluso los «católicos de base» se van
Antes abandonaban la Iglesia los feligreses más liberales, hoy lo hacen hasta los más creyentes. Desde que era niño, Michael Rind. peregrina cada año, junto con más de mil personas, los 100 kilómetros entre la Catedral de Colonia y Kevelaer, una importante ciudad de peregrinación en el Bajo Rin.
Según Rind, a pesar de que la Iglesia católica cuenta con un mensaje de esperanza, no ofrece una alternativa ni siquiera en estos tiempos de crisis social y catástrofes climaticas.
Desde que las víctimas de abusos sexuales por parte del clero hicieron públicos los delitos en 2010, a lo que siguieron cada vez más denuncias de delitos y encubrimientos y fallos sistémicos, las cifras han ido en aumento. La archidiócesis de Colonia del cardenal Woelki, que también se opone a las reformas y a una mayor participación de los laicos en la política eclesiástica, registró un aumento del 25,9%, hasta 51.345 personas que desertaron.
En un futuro previsible, todas las diócesis tendrán que ocuparse de los vacíos en la atención pastoral ante la inmensa deserción, al tiempo que los recursos financieros se agotan.