Armas de grueso calibre se utilizaron en la matanza de la cárcel femenina. El crimen ya estaba planificado. El aroma a muerte se respiraba en el centro penal femenino. Solamente se esperó la luz verde para que se desatara el infierno.
La balacera inició en el módulo I y mientras la sangre corría, alguien encendió el fuego que provocó el fuego en una de las bartolinas donde murieron 25 mujeres.
Las armas que se utilizaron eran dignas de un conflicto bélico. rifles de asalto, granadas de alto poder y pistolas con cargadores para 18 disparos. Las privadas de libertad guardaban radio comunicadores y hasta una mini laptop.
Delma Ordóñez la presidenta de la Asociación de Familiares de Privados de Libertad, dijo que, «El sistema penitenciario está quebrantado, fue un ataque vil, cruel, con armas de grueso calibre con R-15, machetes, con Uzi y granadas. Es una situación sumamente difícil».
En el suelo se encontraron cientos de casquillos de diferentes tipos de armas, en cierto lugar del centro penal, se encontró hasta granadas de fragmentación. Tras la reyerta, la Policía hizo el decomiso de 11 armas de fuego, 17 cargadores y tres navajas.