Los transportistas de la ruta Miraflores- Carrizal en Tegucigalpa una vez más fueron víctimas de la violencia que impera en el país y trabajan a medio vapor ante nuevo cobro de extorsión.
Pese a que ya pagan varias cuotas del aterrador “Impuesto de guerra”, recibieron otro celular en el que les comunican que deben acordar el cobro de extorsión con esta nueva pandilla.
“Está complicado perder la vida por no poder dar un dinero que uno no tiene. Las autoridades hacen poco y para mi deben andar miliares en los buses”, dijo un ayudante de rapidito de esta ruta.