El costo de vida que cada día aumenta y la población es quien paga los platos rotos, las cadenas de ventas y valor en atención se han disparado en más del 50 % de la ciudadanía.
Según una hondureña, “Con dos mil lempiras compro comida solo para una semana, antes con esta cantidad compraba comida para un mes, y eso que yo siempre ando buscando lo más cómodo”.
Otra catracha entrevistada asegura que: “Ahora ya no se pueden comprar verduras, todo está muy caro, los doctores nos dicen que comamos sano, pero ahora no se puede”.
Algunos de los factores que han disparado el costo de vida son las lluvias, el precio del combustible y la producción total.
No obstante, desde la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) aseguran que trabajan para dejar un legado que responderá a las sequias y al cambio climático.