Los Denver Nuggets han hecho historia este lunes derrotando al Miami Heat en cinco partidos. Se han eliminado de la lista de equipos que nunca han ganado un título, acortándola a diez. El trofeo Larry O’Brien ha llegado por fin a una ciudad con mucha tradición de baloncesto.
El anhelado campeonato ha llegado gracias a la mano de una corpulenta estrella europea de ojos tristes y estilo incomparable. El pívot serbio ha conquistado la liga tras un camino impresionante en los playoffs: 600 puntos, 209 rebotes y 190 asistencias.
Es el primero de cada categoría, lo que le ha valido el trofeo de Jugador Más Valioso de la final. Con esto ha zanjado un debate abierto hasta hace poco sobre si debió haber ganado también el de la temporada regular. Un anillo de campeonato ha esfumado la discusión.
Para hacer historia, los Nuggets tuvieron que cambiar de guion en el quinto partido. A pesar de que Denver ganó tres partidos por diferencias de doble dígito, Miami había sido una máquina en los cierres.
Antes de esta noche, los de Florida habían anotado 114 puntos por 94 de Denver. Esta noche, los locales tuvieron que neutralizar a Jimmy Butler y mostrar que las defensas también ganan campeonatos.
Cinco juegos han parecido consumir al volcánico Butler. Después de haberse ganado la fama de hacedor de milagros, la estrella de Miami apenas había comparecido en el partido donde se jugaban la vida. Falló al arranque dos tiros libres, lo que parecía el presagio de una noche discreta. En tres cuartos encestó solamente ocho puntos, dejando la ofensiva de su equipo en manos de Bam Adebayo (20) y Max Strus (12). Habituado a encarar y penetrar, Butler prefirió en varias ocasiones pasar a sus compañeros abiertos en busca de triples.
Miami estuvo arriba en el marcador tres cuartos. Iniciaron como un huracán convencido de que podrían extender la épica que ha marcado su avance como octavo del Este hasta colarse a la final. Como muestra del arduo trabajo que han tenido enfrente está el hecho que Max Strus ha jugado esta noche su juego 105. Hay que remontarse a la final entre Lakers y Celtics hace 13 años para encontrar a alguien que haya visto tanta acción en una temporada.
Denver pareció aturdido por el frenético ritmo impuesto por Miami desde el inicio. Perdieron tres balones en los primeros minutos, que se convirtieron en catorce en todo el partido (por ocho de Miami). Fueron entrando en calor. Y junto con ellos, los 19.500 espectadores. El gran ambiente vivido dentro del estadio Ball no solo fue obra de los jugadores. También de una mascota, un león de montaña llamado Rocky.
Además de Jokic, los Nuggets tienen al animador estrella de la NBA. El acróbata acompaña al equipo desde los años de Dikembe Mutombo. El año pasado se reveló que su sueldo es de 625.000 dólares, una cifra que supera con holgura a la de otros animadores. Para desquitar su salario, Rocky impide que el público entre en un letargo de cervezas y hot dogs con malabares y encestando de espaldas desde la mitad de la cancha.