Debajo de un árbol, al aire libre, un piso de tierra, una pizarra improvisada, y un cerco perimetral de cabuya, así reciben clases los infantes de la escuela «Soledad Rivera» de aldea Santa Rosita en el municipio de Gualala, Santa Bárbara.
Un maestro que desea impartirles el pan del saber da clases en estas condiciones antipedagógicas y manifestó que las autoridades gubernamentales prometieron la construcción de dos aulas desde el año pasado, pero todo quedó en promesas.
“Pido que nos hagan un aula porque nosotros nos enfermamos del polvo. Yo ahorita ando mal de la garganta”, dijo una de las infantes que lamentablemente es víctima de las precariedades del sistema de educación público en Honduras.
Son al menos 25 niños de la escuela Soledad Rivera que deben soportar el sol, la lluvia y las peores condiciones todo con el fin de recibir el pan del saber.