La Fiscalía General de la República (FGR) de El Salvador presentó la acusación penal contra cinco personas por la muerte de nueve aficionados en una estampida humana en el Estadio Cuscatlán el 20 de mayo pasado.
Inicialmente, las autoridades gubernamentales informaron sobre la muerte de 12 aficionados, pero una representante de la Fiscalía -cuyo nombre no fue brindado por seguridad- indicó que son nueve y que se dio una «información errónea», porque «no hay más».
«Las investigaciones han determinado que hubo negligencia en la organización del evento deportivo por parte de los involucrados, quienes estaban obligados a garantizar el desarrollo adecuado de una actividad de esta magnitud», dijo la FGR en Twitter.
La entidad explicó que los cargos atribuidos a las personas detenidas son homicidio culposo, lesiones culposas y estragos. Además, aseguró que la audiencia inicial contra el grupo imputado será el 2 de junio, en el Juzgado Primero de Paz de San Salvador. A la presentación de la acusación penal no fueron llevadas las personas señaladas.
El pasado 25 de mayo, las autoridades detuvieron al presidente del equipo Alianza FC, Pedro Hernández, dos gerentes y otras dos personas. Asimismo, fueron arrestados Reynaldo Avelar Contreras, gerente de la empresa Estadios Deportivos de El Salvador (EDESSA) -encargada de la administración del Estadio Cuscatlán- y Samuel García Montano, encargado de las llaves del lugar.
La FGR apuntó que, según las investigaciones, «las puertas habilitadas (en el estadio) no eran suficientes para el número de aficionados» y que «esos únicos accesos, además, no fueron abiertos con suficiente anticipación para un ingreso ordenado y seguro». Señaló que «los organizadores, al agotar las entradas disponibles para el encuentro deportivo, decidieron comercializar ilegalmente boletos emitidos para encuentros anteriores».
La muerte de estos aficionados se dio en el marco del partido de vuelta de los cuartos de final del Torneo Clausura entre el Alianza FC y Futbolistas Asociados Santanecos (FAS). Este hecho llevó a los dirigentes de la Liga Mayor y de la Federación Salvadoreña de Fútbol (FESFUT) a dar por finalizado la competencia.