Los transportistas que cubren la ruta de El Amatillo, departamento de Valle hacía Tegucigalpa y viceversa decidieron paralizar sus unidades móviles debido al cobro de extorsión que realizan grupos criminales en el territorio hondureño.
La criminalidad y extorsión son flagelos que sufre la ciudadanía hondureña, desde el que tiene una pulpería, transportistas, emprendedores hasta la micro y pequeña empresa, quienes se ven obligados a pagar la cuota o a cerrar su negocio, que muchas veces es su única fuente de ingresos.