Centenares de personas podrían haber muerto en el «sendero de devastación» que ha dejado a su paso el ciclón Mocha al tocar tierra el pasado domingo entre la costa sur de Bangladesh y Birmania.
La Oficina para la Coordinación de Ayuda Humanitaria de la ONU (OCHA) ha emitido un comunicado en el que lo define como uno de los más fuertes que jamás han golpeado Birmania, dejando Sittwe, capital del estado occidental de Rakháin y hogar de 150.000 personas, como la más afectada, habiendo quedado pocas casas en pie.
Además, alrededor de un millón de rohinyás, víctimas de una campaña de persecución que la ONU investiga por posible genocidio, reside en unos campos de refugiados en Bangladesh que podrían haber sido arrasados, pero que en principio no han sido especialmente afectados. Sin embargo, el portal de noticias Myanmar Now ha informado de la muerte de 22 rohinyás, mientras que medios locales como Western News han elevado la cifra a 400.
«La mayor tormenta en más de una década»
La interrupción parcial de las comunicaciones debido al impacto hace difícil conocer con precisión los daños causados en una zona especialmente desatendida y perseguida por el Ejército birmano. Por su parte, OCHA ha alertado de que las comunicaciones con sus socios han sido «parcialmente restauradas», aunque aún continúan limitadas puesto que los generadores son su única fuente de electricidad.
Ya antes del impacto del ciclón, la organización asegura que unos 6 millones de personas de esa zona se encontraban en necesidad de asistencia humanitaria.
El rotativo, controlado por los mismos militares acusados de perseguir a los rohinyá, no informa sobre fallecidos, y asegura que el jefe del régimen militar, Min Aung Hlaing, se desplazó a la zona devastada el lunes para dirigir las operaciones de rescate.
El ciclón Mocha tocó tierra el domingo entre la costa sur de Bangladesh y el oeste de la vecina Birmania, con vientos sostenidos de más de 150 kilómetros por hora, la mayor tormenta que ha sacudido la bahía de Bengala en más de una década. Antes de que la tormenta tocara tierra, alrededor de 400.000 personas fueron evacuadas a refugios, instalaciones gubernamentales y escuelas.