Un nuevo estudio dirigido por la Universidad de Colorado Boulder, de los Estados Unidos, proporcionó la evidencia más sólida hasta el momento de que los anillos de Saturno son notablemente jóvenes, respondiendo potencialmente a una pregunta que ha intrigado a los científicos durante más de un siglo.
Todos los planetas que conforman el Sistema Solar poseen características únicas que los distinguen. Saturno, por ejemplo, se destaca por ser el segundo en tamaño -después de Júpiter- y por los icónicos anillos que lo rodean.
La investigación, fue publicada en la revista Science Advances y fija la edad de los anillos de Saturno en no más de 400 millones de años. Eso significa que son mucho más jóvenes que el planeta, que se formó hace unos 4.500 millones de años.
El análisis minucioso del polvo espacial fue la llave para el hallazgo. “En cierto modo, hemos cerrado una pregunta que comenzó con James Clerk Maxwell (el científico escocés que inició los estudios del planeta en el siglo XIX)”, señaló el físico Sascha Kempf, profesor asociado en el Laboratorio de Física Atmosférica y Espacial (LASP) en CU Boulder y director de la investigación.
Los anillos de Saturno están formados por grandes trozos de hielo que caen sobre el planeta como lluvia helada debido a la intensa gravedad. De acuerdo con la NASA, existen entre 500 y 1000 anillos en un ancho de 400.000 kilómetro.
Los astrónomos creen que esta icónica característica del planeta durará “unos pocos cientos de millones de años más”. En ese marco, están investigando cómo y por qué.
El doctor James O’Donoghue, que integró la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón y la NASA, dirigirá próximamente una investigación para rastrear la tasa de destrucción de la llamada lluvia de anillos de Saturno. ¿De qué forma? Utilizando dos de los telescopios más poderosos del mundo: el Keck, que está ubicado en Hawái, y el icónico James Webb.