El número de presuntos miembros de una secta cristiana que ayunaron hasta morir en un bosque del sur de Kenia para reunirse con Jesucristo ha ascendido a 201 después de que las autoridades encontrasen este sábado 22 nuevos cadáveres, informó la Policía.
La comisionada regional de policía de la Costa keniana, Rhoda Onyancha, declaró en una rueda de prensa que la operación se reanudará el próximo lunes, después de una semana en la que la cifra no ha dejado de ascender conforme se avanza en la excavación de las fosas comunes.
Onyanch informó de que este sábado se detuvo a un sospechoso más, con lo que el número total de presuntos implicados asciende a 26.
La comisionada regional de la policía dijo también que el número de personas dadas por desaparecidas había aumentado en una desde el viernes, hasta las 610.
El número de personas rescatadas con vida se mantiene en 72.
Casi todos los muertos de la llamada “masacre de Shakahola” han sido exhumados de tumbas y fosas comunes halladas en ese bosque, a excepción de unos pocos que murieron en el hospital por su estado grave.
Inanición, estrangulamiento y asfixia en los cadáveres de la secta de Kenia
Las autopsias de más de un centenar de cuerpos evidenciaron que, si bien todos mostraban signos de inanición, los cadáveres de al menos tres menores y un adulto tenían también rastros de estrangulamiento y asfixia.
Asimismo, las primeras investigaciones de la Policía apuntan a que forzaban los fieles a seguir con el ayuno aunque quisieran abandonarlo.
El pasado miércoles, el tribunal de Shanzu, en la ciudad costera de Mombasa, ordenó extender durante treinta días (iniciando el recuento el pasado 3 de mayo) la detención del líder de la secta que presuntamente persuadió a las víctimas para ayunar, el pastor Paul Mackenzie Nthenge, junto con su mujer y otros 16 sospechosos.
El pasado 2 de mayo, el tribunal de la turística ciudad costera de Malindi puso en libertad a Nthenge y los otros detenidos, después de que la Fiscalía manifestara su intención de formular cargos de terrorismo contra ellos, algo para lo que esa corte se declaró incompetente.
Sin embargo, minutos después detuvieron al pastor y sus secuaces y los trasladaron al tribunal de Shanzu, a unos 120 kilómetros, donde la Policía solicitó, sin éxito, autorización para tenerlos detenidos durante noventa días más.
La semana pasada, el presidente de Kenia, William Ruto, nombró una comisión de investigación presidida por la jueza Jessie Lesiit para esclarecer los hechos y determinar las negligencias administrativas o de seguridad que se pudieron producir.
Nthenge, bajo custodia policial desde el pasado 14 de abril, lidera la Good News International Church (Iglesia Internacional de las Buenas Nuevas).
El pasado marzo ya detuvieron al pastor acusado de la muerte de dos niños en circunstancias similares, pero obtuvo la libertad bajo fianza.