Los transportistas de la ruta Flor del Campo-Centro de Tegucigalpa decidieron reanudar sus operaciones, luego que por varios días no ofrecieron sus servicios debido al imparable y atemorizador impuesto de guerra.
Dichos trabajadores del transporte tuvieron que negociar con grupos delictivos que se dedican a pedir el cobro de extorsión, y luego de acordar y pagar el impuesto de guerra trabajan nuevamente en sus unidades móviles.
A pesar que la presidenta Xiomara Castro lanzó el Plan Integral Contra la Extorsión y se mantiene vigente el Estado de Excepción, la dura realidad para el rubro del transporte sigue siendo igual.